Con los deberes hechos a la segunda fase

El Burgos CF se presentó en Oviedo como el alumno que va el último día del trimestre a por las notas sabiendo que lo ha bordado. Ha aprobado todos los parciales y ahora solo es cuestión de disfrutar de lo conseguido, aunque el curso no haya acabado aún. En los primeros minutos del encuentro se notó la superioridad de los de Calero, con ese poderío en la medular con la presencia de Mumo, asentado definitivamente en el once titular y dominador centro del campo. El catalán da templanza al juego, rompe líneas, destruye juego rival y sabe tocarla al primer toque. Poco más se le puede pedir.

Por delante, Juanma, como demostró en los primeros 15 minutos, siembra el terror cada vez que tiene el balón en sus botas. De hecho, en el minuto 13, tuvo una doble ocasión que ya pudo adelantar a su equipo.

Mientras tanto, Barovero no había estrenado los guantes. Era un espectador más ante un Vetusta Oviedo al que le costaba pasar de la medular. Tal vez la necesidad de ganar para evitar luchar por el descenso pesaba al filial del Real Oviedo. Eso o que el planteamiento del Burgos CF hacía mucho daño.

Pero el Oviedo despertó, sobre todo con jugadas aisladas y a balón parado. Aun así, Barovero no tenía un trabajo extra. Más peligrosos eran los acercamientos del Burgos, como demostraba una jugada entre Juanma y Claudio Medina, quien se ha entonado en la recta final de la primera fase. Qué diferencia con lo que ofrecía los primeros partidos de liga.

La segunda mitad arrancó con un filial ovetense más enchufado. Generaba más peligro y las ocasiones solo se daban en el área defendida por el Burgos CF. El balón le duraba poco a los de Calero, que intentaba dar con la tecla para que su equipo reaccionara.

Con el paso de los minutos, el partido se rompía ligeramente. Había más espacio en el campo y eso lo querían aprovechar los dos conjuntos. Rober Sierra asustaba a Barovero, mientras que Saúl Berjón intentaba castigar a su exclub. La necesidad se apoderó del Vetusta Oviedo en busca de la permanencia y eludir el grupo de descenso de categoría, aunque de eso parecía que no se quería aprovechar el Burgos CF.

Hasta que llegó Alarcón, que en una gran jugada aislada de Berjón, mandó a la red el único gol del encuentro. Y es que el Burgos CF supo esperar su momento y exprimió la necesidad del Vetusta Oviedo para terminar imponiendo su calidad ante los asturianos. La primera piedra del ascenso a Segunda ya está colocada.