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Julián Calero, entrenador del Burgos CF, se mostraba satisfecho tras el partido pero quería huir de euforias. Porque sabía que el partido era «importante» en un «escenario fantástico» como es el Reale Arena. «Creo que hemos hecho un partido serio. Al final la victoria ... no es casualidad, es consecuencia del trabajo que están haciendo los chicos y también de aprender de errores pasados», analizaba.
Una victoria de mucho valor «ante un rival que te somete con balón, quieras o no quieras, porque somete a todos los rivales». «Con balón es un equipo que maneja muy bien el juego de posición, pero sabíamos que también tiene debilidades. Sabíamos lo que teníamos que manejar con y sin balón y creo que hemos dado un paso adelante con balón también y hemos estado razonablemente bien», afirmaba el técnico.
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Calero aseguraba que el equipo tenía ganas de «hacer un buen partido». «Sobre todo porque las sensaciones de sentirte fuerte, competitivo, fuera de casa las habíamos perdido. Pero ha sido una semana fantástica con tres victorias, incluida la de la Copa, y con tres porterías a cero. Vuelve un poco la identidad del Burgos, lo que somos, y no podemos escondernos, somos esto y no somos más, pero tampoco somos menos. Estamos contentos de que los chicos hayan ganado, por ellos, por el trabajo de toda la gente, por el club y por toda esta gente que ha venido hoy, que ha sido algo impresionante y me alegro muchísimo que su viaje de vuelta sea alegre», contaba el entrenador.
Sobre lo que cuenta la clasificación lo tiene claro: «La realidad es que hemos llegado a 25 puntos, pero con 25 puntos no se salva nadie. Ahora hay que ser realistas. Queríamos llegar a esta meta porque creíamos que podía ser importante, ahora llegan partidos de una importancia extrema con Fuenlabrada y Girona y vamos a ver si seguimos compitiendo bien. Hemos recobrado nuestra identidad, hemos recobrado fuerzas, al equipo le veo otra vez unido, a la gente con nosotros, creo que es el cóctel adecuado que debemos manejar para que el equipo funcione bien. Es para estar contento».
Y no quiso olvidarse de la afición que se desplazó hasta San Sebastián, de los que dijo que habían estado «fantásticamente bien». «Han dado colorido y sonido al partido, nos han ayudado, nos han empujado. No es casualidad que hayamos ganado con ellos aquí, es fruto de que ellos nos empujan, nos ayudan, nos dan energía en los momentos malos y esa energía la notamos positivamente. A la gente no le puedo pedir nada más, al contrario, quiero agradecerles de corazón que nos apoyen en todo momento sabiendo que los malos momentos son jodidos y los pasamos juntos y los buenos lo disfrutamos. En la vida hay que saber estar las malas y en las buenas. En las buenas se disfruta y en las malas, a tragar sapos», finalizaba el técnico.
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