El Burgos CF claudica ante un Real Valladolid superior

El partido se torció rápido para los de Bolo con un fallo defensivo que aprovechó Marcos André para poner el primero del partido en el minuto 6. Con el cuadro burgalés bien plantado y secando la producción ofensiva vallisoletana, un excelso golpeo de Monchu desde la esquina se convirtió en gol olímpico para ampliar la ventaja justo antes del descanso.

El técnico bilbaíno movió ficha con la entrada de Fer Niño y el traslado de Curro a la derecha produjo los mejores minutos del equipo. Fue entonces cuando, tras un rechace a disparo de Bermejo, Edu Espiau estrelló en el palo a puerta vacía el primer tanto burgalés. El conjunto pucelano replicó con el tercero de Messeguer

Arrancaba el derbi regional en el José Zorrilla con ambos equipos midiendo distancias y varias acciones de intensidad que demostraban que este no era un partido más, era el derbi regional.

De un balón largo llegó la primera oportunidad de peligro del Burgos CF por medio de Bermejo, novedad este domingo en el once de Bolo, que corrió el balón a la espalda de la defensa y a punto estuvo de aprovechar la salida en falso de John Victor para embocar a portería.

Pero fue el Real Valladolid el que golpeó primero por medio de Marcos André. Tras un despeje en falso de Matos, el brasileño aprovechó un grosero error defensivo del Burgos CF para llevarse un pase desde la zaga blanquivioleta entre los centrales y picar el balón por encima de Caro, que logró tocar pero no pudo evitar el primer tanto de los pucelanos.

Ante la pregunta de cómo afectaría el tanto a los blanquinegros, los de Bolo enlazaron una buena jugada en tres cuartos de campo para que Bermejo habilitase la subida de Borja González por la banda y lograse poner un pase de la muerte que no llegó a encontrar la entrada a remate de Edu Espiau.

Con el cuadro pucelano llevando la iniciativa -como se esperaba- y un alto ritmo de partido, el Burgos CF volvió a percutir por la izquierda con un buen centro de Matos que Espiau cabeceó ligeramente por encima del travesaño local. Las bandas estaban siendo las vías de entrada para el ataque burgalés y, como en cada partido, los laterales y centrocampistas blanquinegros explotaron cada ocasión de avanzar por los costados.

El doble pivote Appin y Atienza aportó más solidez a un centro del campo burgalés bien armado y espeso, que dificultaba la labor creativa de los jugadores vallisoletanos y, sobre todo, la conexión con sus dos puntas. Así, bien plantado y con la mentalidad solidaria en cada uno de los jugadores blanquinegros, el conjunto pucelano no lograba circular con velocidad para llevar peligro al área de Caro.

Pocas ocasiones y mucha disputa e igualdad. Esa fue la tónica general de un primer tiempo en el que nadie encontraba la claridad suficiente para percutir en la defensa rival anticipando que serían los detalles, como el fallo en el primer tanto blanquivioleta, los que decidirían el sino del partido.

Precisamente un destello de calidad permitió al Real Valladolid aumentar su ventaja cuando parecía que no ocurría nada interesante sobre el césped de Zorrilla. Desde la esquina derecha, el 8 blanquivioleta conectó un estratosferico golpeo con comba para convertir un gol olímpico incontestable para Caro.

Con dos chispazos de calidad, el conjunto pucelano imponía un severo correctivo al Burgos CF para lo visto en el césped y encarrilaba un choque que hasta el momento estaba siendo mucho más igualado de lo que rezaba el marcador. Así, con el 2-0 reciente y Bolo mirando al banquillo para buscar un golpe de efecto, el cántabro López Toca decretó el final de unos primeros cuarenta y cinco minutos decantados por dos destellos de calidad del cuadro vallisoletano.

Fer Niño fue la respuesta desde la banda del técnico bilbaíno del Burgos CF para tener una segunda referencia ofensiva por delante de Edu Espiau y dejar la banda derecha para que Curro Sánchez buscase romper hacia dentro y encontrar portería con su zurda.

Dos minutos tardó el 16 blanquinegro en hallar un pase al espacio para la carrera al espacio de Edu Espiau que obligó a corregir a Boyomo, que estuvo mucho más rápido que el delantero burgalés para negarle la acción de peligro. Mismo protagonista con distinto receptor en la siguiente jugada con la internada de Bermejo por derecha.

El atacante burgalés rompió al espacio, cuerpo y chutó fortísimo para la salida de John Victor y, lo que pasó después, no lo entendió ni el propio protagonista. Edu Espiau, con todo a favor y la portería vacía, estrelló el balón rechazado por el meta brasileño en el palo izquierdo de la portería pucelana mientras la práctica totalidad de los jugadores se echaba las manos a la cabeza al ver que esa jugada no terminaba en el primer gol burgalés.

Si bien no supuso un gol en contra, la perdida de una ocasión tan clara para descontar dejó tocados a los de Bolo, que tuvieron unos minutos de duda tras haber encontrado en Curro por la derecha una vía para hacer daño a la zaga blanquivioleta. Para paliar este efecto, Bolo movió ficha pasada la hora de partido introduciendo a Mumo y López-Pinto para aportar desparpajo, llegada y refrescar también el ataque blanquinegro.

Apenas cinco minutos después, una buena internada por la izquierda del recién ingresado Lucas Rosa encontró, pasividad defensiva burgalesa mediante, la incorporación al ataque del otro cambio pucelano, Victor Messeguer, para poner el tercer y prácticamente sellar la victoria blanquivioleta en el derbi castellano.

Con los tres de diferencia, Bolo retiró a Curro del terreno de juego pensando más en el compromiso intersemanal ante el Leganés que en la remontada. Antes de llegar a los últimos quince minutos de partido, el Real Valladolid pudo ampliar la ventaja con un mano a mano de nuevo de Lucas Rosa por izquierda que desbarató Caro. Nada podría haber hecho ante el disparo en la jugada siguiente de Monchu que solo la cruceta de la portería burgalesa pudo repeler para evitar el cuarto pucelano.

El partido ya estaba decidido y el Burgos CF se limitó entonces a esperar el paso del tiempo aceptando una derrota que cada vez era más evidente ante un cuadro pucelano que también levantó el pie del acelerador y empezó a gestionar los minutos de sus jugadores de cara a la próxima jornada.

Un cabezazo de Espiau repelido por John Victor a córner es todo lo demás que se puede contar de un final de partido que no tuvo más historia que la aceptación de la derrota en el lado burgalés y la alegría en el vallisoletano al vencer y convencer en el derbi regional y prolongar la racha de triunfos como local frente a los blanquinegros.