Secciones
Servicios
Destacamos
Las cosas casi nunca son como empiezan sino como acaban. Algo así debió pensar Miguel Atienza cuando comprobó que en los dos primeros onces iniciales de Jon Pérez Bolo su nombre no aparecía. Acostumbrado a ser uno de los indiscutibles de Julián Calero, la ... suplencia le llegó al mediocentro madrileño como una situación desconocida a orillas del Arlazón.
La temporada 2021-22 disputó 3.132 minutos como blanquinegro en 40 partidos, de ellos, en 36 lo hizo partiendo en el once inicial. De esta manera fue uno de los fijos en el esquema de Calero, solo superado por Córdoba, Caro y Elgezabal.
Pero con el cambio de entrenador parecía que eran otros los compañeros que disfrutaban de la confianza del míster. Ante la SD Huesca y Levante UD Atienza comenzó el partido en la banco de los suplentes. Ante al SD Huesca no llegó siquiera a pisar el césped. Una situación muy diferente a lo que estaba acostumbrado en el Burgos CF.
Noticias relacionadas
Sin embargo, ante el Levante UD su presencia en el verde se echó en falta, el equipo sufría con los espacios que se creaban a la espalda de los medios centros y se necesitaba el equilibrio que Atienza aporta al equipo.
Su entrada en el encuentro, en el minuto 67 por Raúl Navarro, le dio al equipo ese equilibrio que estaba necesitando. Con 23 minutos por delante (más el añadido decretado por el árbitro del encuentro), Atienza tuvo tiempo para tocar en 18 ocasiones el balón, que supusieron 11 pases acertados de los 14 que intentó (79% de efectividad) y un tiro fuera. Ganó los duelos aéreos que disputó y el 50% de los duelos en el suelo en los que participó (cuatro de dos).
Este buen papel en los minutos finales del encuentro ante el Levante UD le valió para convencer a Jon Pérez Bolo de que su lugar debía estar en el césped desde el inicio del encuentro. Recuperó la titularidad en el último partido, el disputado en El Plantío ante el Real Oviedo, en el que jugó 72 minutos.
En este tiempo su efectividad ascendió hasta el 96%, acertó 43 de los 45 pases que intentó, ganó los cinco duelos en el suelo en los que participó y la mitad de los aéreos. Tan solo sufrió tres pérdidas de balón y recibió dos 2 faltas.
Además, Atienza firmó dos de dos pases en largo y completó diez acciones defensivas de valor que se desglosan en tres recuperaciones, tres entradas, dos despejes y dos intercepciones, ayudó a equilibrar donde el Burgos estaba sufriendo en los partidos anteriores y dio seguridad a un equipo demasiado acostumbrado a contar con su capacidad de sacrificio.
Porque el madrileño es capaz de anclar al equipo, posee una buena lectura de fase defensiva y es un jugador equilibrado. Además, con balón no se complica ni complica al compañero, busca el pase fácil y empuja a su equipo a transitar, apareciendo también en campo rival gracias a su potencia física. Unas cualidades que parecen haber convencido a Bolo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.