El Andorra desquicia al Burgos CF

Una propuesta que a medida que avanzaban los minutos se demostró más efectiva, toda vez que la posesión del Andorra era tan extenuante como infructuosa. Es más, durante varias fases de la primera mitad, el Burgos llegó a discutirle la posesión al conjunto del Principado, y casi siempre con un perfil mucho más ofensivo.

Así, los hombres de Bolo no tardarían mucho en dejarse ver por el área rival. En el minuto seis, Grego Sierra probaba fortuna desde su casa tras una mala salida del Andorra, cuyo portero rifó la pelota ante la ausencia de alternativas. El disparo del murciano se fue a otra provincia, pero se erigió como carta de presentación de un Burgos CF mucho más incisivo que su rival.

Los acercamientos blanquinegros al área rival se sucedían, en muchas ocasiones con un excelso Álex Sancris como conductor por la banda diestra. En el 13, Ojeda peinaba un saque de esquina en el primer palo a la salida de un córner que a punto estuvo de encontrar portería. No sería esa la única ocasión del extremo blanquinegro en la primera parte. Ni la más clara.

Diez minutos después, el propio Ojeda no conseguía rematar con claridad un saque de esquina servido con mimo por Curro, quien tres minutos después cabeceaba alto un fantástico centro del propio Ojeda al segundo palo.

El Burgos estaba acercándose con peligro a la portería defendida por Dani, mientras el Andorra seguía intentando encontrar el hueco entre las líneas blanquinegras. Sólo lo consiguió en una ocasión, pero el remate de Petxarromán se quedó en nada.

El partido se movía en derroteros favorables al Burgos, pero los de Bolo no conseguían encontrar portería. Y eso a pesar de las ocasiones de que dispuso Ojeda en la recta final del primer acto. La más clara, sin duda, llegó en el 40, cuando el extremo cazaba en el segundo palo el enésimo centro de Sancris y, completamente sólo, la mandaba a las nubes. Un minuto después, el propio Ojeda resolvía con nula eficacia un contragolpe que pilló a Dani a media salida.

Sea como fuere, y a pesar de haber dispuesto de varias ocasiones muy claras, el Burgos se marchó al descanso con el 0-0 en el marcador. Esa circunstancia pareció dar alas a los hombres de Eder Sarabia, que regresaron de los vestuarios con un perfil algo más vertical y agresivo. Sin embargo, tras un par de buenos acercamientos resueltos con solvencia por la defensa blanquinegra, el partido regresó a los mismos derroteros en los que se había movido hasta entonces, con un Burgos más incisivo.

Así, en el 58, el árbitro anulaba un gol a Curro por fuera de juego previo y Bolo movía el avispero, dando entrada a Bermejo y Appin con el objetivo de oxigenar el perfil ofensivo y sacar provecho de la mayor ambición que estaba exhibienbdo.

Una ambición que, sin embargo, no garantiza nada en un partido de fútbol. Y menos en uno de la Liga Hypermotion. De hecho, el Andorra bien pudo recordarlo en el 69 con una magnífica jugada colectiva con la que a punto estuvo de encontrar petróleo.

Esa ocasión pareció estimular de nuevo a los de Sarabia, que a partir de entonces estiraron su juego en varios momentos, aunque a medida que avanzaban los minutos parecieron conformarse con el empate. Esa era al menos la impresión viendo la calma con la que arrancaba la máquina del Principado al sacar la pelota desde atrás.

Mientras tanto, el Burgos seguía a lo suyo, en busca de un gol que no terminaba de llegar, desesperándose por momentos. Pudo encontrar las redes Curro con un gran disparo cruzado que se marchó fuera por poco en el 74. Esa fue, sin duda, la mejor de la segunda mitad para el Burgos, que acabó desquiciado e incluso pidiendo la hora con una postrera ocasión del Andorra que bien pudo suponer un jarro de agua fría.

Al final, un empate que a priori vale más para el cuadro del Principado que para el Burgos, que a pesar de no conseguir la victoria, se mantiene imbatido en El Plantío una jornada más.