Las viviendas de uso turístico consolidan su presencia en Burgos tras la pandemia

Según consta en el departamento municipal de Licencias, Burgos contaba a finales del año pasado con 143 viviendas de uso turístico y otros 24 apartamentos, una cifra que no ha hecho sino crecer desde que se estableció un marco legal específico en Castilla y León. Un marco legal que, eso sí, diferencia entre viviendas y apartamentos, cuyas exigencias son diferentes.

Ya en 2019, meses después de que se aprobara el decreto que regula su actividad, se concedieron 42 licencias a viviendas y 3 a apartamentos. Tras esa primera oleada, las cifras se contrajeron, con 37 licencias en 2020 (27 viviendas y 10 apartamentos) y otras 29 en 2021. Sin embargo, tras haber superado los momentos más complicados de la pandemia, en 2022 se registró otro repunte en la actividad, con 47 licencias para viviendas y otras 9 para apartamentos.

Eso sí, desde la Federación Provincial de Hostelería, su máximo responsable, Luis Mata, puntualiza esos datos. Y es que, a su juicio, «no es que haya más pisos turísticos, sino que en los últimos años se han regularizado algunos» de los que venían funcionando en un limbo legal desde hace años.

Así lo apunta también el concejal de Licencias del Ayuntamiento de Burgos, Miguel Balbás, quien reconoce que, a raíz de los últimos cambios normativos impulsados la respecto por la Junta de Castilla y León se ha ido regularizando la actividad de numerosas viviendas para uso turístico que ya venían operando con anterioridad. «Desde que la Junta publicó en 2018 el decreto que regula su actividad, se ha visto un progresivo crecimiento del número de registros, pero probablemente es consecuencia del afloramiento de viviendas que tenían esa actividad previamente y que no estaban legalizados», señala Balbás.

Ese es, sin duda, uno de los grandes caballos de batalla de la patronal hotelera, cuyo presidente critica la «competencia desleal» que a menudo sufren por parte de particulares. «Los establecimientos hoteleros tenemos una normativa muy exhaustiva» y «numerosas exigencias» en materias como la seguridad, la salud, la higiene, la calidad o la fiscalidad. «Nosotros cumplimos a rajatabla en el pago de impuestos y cotizaciones laborales», y muchas de esas viviendas actúan al margen, según denuncia Mata.

De hecho, subraya, «todavía hay muchas viviendas turísticas en Burgos que continúan sin estar registradas», a pesar de ofrecerse a través de las diferentes OTAs (agencias de viajes online por sus silgas en inglés). En este sentido, desde la patronal reconocen que las OTAs han actuado como «cómplices» en esta materia durante «mucho tiempo», pero los organismos europeos han comenzado a meter mano en el asunto, exigiendo información y registro y facilitando datos al departamento de Hacienda de los diferentes países de la Unión.

A mayores, desde la patronal se insiste en la «necesidad» de que se controle la actividad de este tipo de alojamientos mediante la Inspección de Trabajo, que sí realiza una vigilancia «exhaustiva» de los establecimientos hoteleros.

Muy diferente, puntualiza Mata, es la situación de los apartamentos turísticos, una figura que difiere, y mucho, de la de viviendas de uso turístico. En este caso, recuerda, la normativa de los apartamentos turísticos, que también han proliferado en los últimos años, sí está debidamente desarrollada y las exigencias son «las mismas» que para el resto de establecimientos.

En todo caso, la proliferación de este tipo de alojamientos en Burgos es una realidad, y viene motivada por «cambios en los hábitos». «La forma de viajar ha cambiado» y para muchos particulares, dedicar una vivienda para esta actividad es «un negocio», apunta Balbás.

Eso sí, la presencia de viviendas destinadas a usos turísticos en Burgos es significativamente menor que en otros territorios españoles. En la costa y las grandes capitales, por ejemplo, su influencia es mucho más elevada, y no sólo en el sector turístico, sino en el propio sector inmobiliario, cuyos precios bailan a menudo al son de la rentabilidad de la actividad turística.