La eliminación de las restricciones de movilidad era el pistoletazo de salida que esperaba el sector turístico para retomar la actividad tras el parón forzado por la crisis sanitaria de la covid-19. Y, si bien es cierto que se ha notado la llegada de ... visitantes, son minoría e insuficientes para poder hablar de reactivación, sobre todo si se siguen acumulando las cancelaciones de viajes programados más allá de agosto.
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«No hemos notado ninguna reactivación», reconoce Noelia Alonso, de la Asociación de Guías Oficiales de Turismo de Burgos. De hecho, su agenda está completamente vacía, mientras tacha reservas de septiembre que se van anulando. Y, como ella, la mayor parte de los profesionales del sector, pues sin turismo extranjero va a ser complicado remontar una temporada que venía con altas previsiones.
Alonso confía en el turismo nacional, en que los españoles se animen a conocer su país, y se apueste por las visitas de proximidad. Eso sí, es consciente de lo difícil que es competir con zonas de playa o, incluso, con el medio rural, que parecen ser los destinos preferidos tras los días de confinamiento. «El turismo no es una ciencia exacta», reconoce, pero sí tiene claro que da el año por perdido.
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De todos modos, en la Asociación de Guías Oficiales de Turismo de Burgos no se rinden y están perfilando algunos proyectos para este verano. De momento, en julio se apuesta por las visitas individuales, paseos por Burgos o entradas a la Catedral. No pueden hacer visitas guiadas en el Monasterio de las Huelgas porque Patrimonio Nacional no lo permite, se lamenta Noelía Alonso.
No se esperan grupos de turistas, al menos en viajes organizados que lleguen a Burgos como ciudad de paso. Si lo hay, serán pequeños grupos, familias y amigos que vengan por su cuenta. Y esta modalidad ya la están notando en la empresa de guías oficiales Burgos Turismo, que retomaron su actividad el pasado 26 de junio y, de momento, están satisfechas con los resultados, apunta Beatriz Sanz.
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«Se nota que se mueve el turismo aunque sea poca gente», afirma, pues en prácticamente todas las visitas que han programado han contado turistas y se nota un aumento de las reservar para el fin de seman. «No se va a llegar al volumen de visitas que se preveía para este verano pero hemos arrancado con satisfacción«, insiste. Y lo han hecho con los free-tour y la visita nocturna y, desde el 1 de julio, con la visita a la catedral.
El perfil del visitante son parejas, de entre 30 y 50 años, en general sin niños. Hay familias, pero menos. Y los primeros turistas apuestan mucho por las visitas privadas, aunque también se han sumado a las visitas de grupo, que cumplen con todas las medidas de seguridad. Son grupos máximos de 25 personas en el exterior, todos con mascarillas y geles hidroalcohólicos, y se prefiere la cita previa.
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En las visitas de esta semana, Beatriz Sanz ha recibido madrileños, pamplonicas y hasta una matrimonio noruego, que ha realizado una visita privada a la Catedral. De aquí en adelante, se irá viendo, pues en Burgos Turismo también tienen proyectos pendientes, que todavía no saben si van a poder promover. De momento, han arrancado con su programación propia y, según vaya avanzando el verano, irán valorando si ampliar los servicios.
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