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Natalia Sáez Ursúa
Martes, 19 de marzo 2024, 07:29
Hace algo más de un año, el G3 de Burgos fue el escenario de un suceso de película. Alrededor del mediodía, un vecino burgalés de origen salmantino que prefiere mantener su nombre en el anonimato, fue a buscar a su hijo a una guardería cercana ... a su casa sin saber que momentos más tarde se iba a medir en una carrera con un ladrón que había sustraído el bolso de una mujer.
«¡Al ladrón!, ¡Al ladrón!» fue el grito de alarma que se escuchó en la calle segundos antes del comienzo de la persecución. El joven no dudó «ni un segundo» en ir detrás del atracador. Durante la carrera el vecino fue adelantando a varias personas que también salieron corriendo. Tras varios metros de sprint, llegaron a la calle del Duque de Frías, momento en el que un señor «se colocó delante del ladrón» provocando un choque que dejaría a este último tendido en el suelo.
En ese instante este héroe por sorpresa agarró el bolso que, debido al batacazo previo contra el suelo, quedó abierto cayendo las pertenencias de su dueña. El salmantino, al ver el monedero lo recogió para devolvérselo a su legítima propietaria.
Todo parecía que estaba más o menos controlado. Varias personas estaban con el ladrón esperando a que la Policía llegara para detenerlo, así que el vecino burgalés decidió ir hacia el lugar donde se encontraba la víctima. Se encontraba «mal» con varios moratones en la pierna y con el brazo dolorido por el tirón del atracador.
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El agradecimiento de la víctima era tal que fue repetido en innumerables ocasiones a lo largo de ese mismo día y de los días posteriores. Incluso, al cabo de unas semanas, la mujer le obsequió con una botellas de vino por conseguir detener al atracador y recuperar sus pertenencias, tal y como recuerda el joven.
Esta heroica intervención también obtuvo su reconocimiento por parte de la Policía Local de Burgos. El 6 de enero, día de los Reyes Magos, el joven recibió la llamada de un agente para comunicarle la invitación al acto, en el que se le iba a obsequiar con una medalla por su actuación.
El vecino burgalés en un principio no quería aceptar la invitación porque pensaba que su actuación «no había sido con el fin de ser premiada», explica. Pero, al hablar con la entidad policial de la ciudad entendió que estas iniciativas «ayudan a que la gente colabore» y ponga en valor estas acciones. Finalmente, decidió asistir y dar visibilidad a este tipo de comportamientos.
Aunque la acción que realizó el joven salmantino parezca lo más correcto, sabe que si hubiera tenido tiempo para pensar en frío, no lo haría anteponiendo motivos de peso como la familia o la posibilidad de que el ladrón sacara un arma. El riesgo es real y en ese momento «no se te ocurre pensar en las consecuencias», confiesa.
Pero la sinceridad le hace declarar que si se encontrara en una situación igual en la actualidad, «volvería a actuar de la misma forma». Porque si alguna vez le pasa a alguien de su entorno, le gustaría que alguien le ayudase. Por este motivo, no duda: «Lo volvería a hacer».
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