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Mariluz Martínez / ICAL
Viernes, 17 de septiembre 2021, 14:54
El rector de la Universidad de Burgos (UBU), Manuel Pérez Mateos, recordó hoy a los responsables políticos que deben hacer una «firme apuesta» por la ciencia y la investigación y que «no se quede en infructuosas promesas y gestos de cara a la galería». «El ... sistema universitario español es responsable de más del 70 por ciento de la investigación que se lleva a cabo en nuestro país y es clave para aportar los elementos necesarios para un desarrollo sostenible», manifestó durante su intervención en el acto de apertura del curso académico 2021-2022 de la Universidad burgalesa.
En este sentido, Pérez Mateos subrayó que «una simple regla de tres debería servir para enfocar el destino de los prometidos fondos COVID», a los que calificó de «absolutamente necesarios» para que el país se acerque, al menos, a la media europea de inversión en ciencia, innovación e investigación.
Por ello, se refirió a que en la actualidad, se tiene «de nuevo», dijo, «una excelente oportunidad» en la aprobación de la nueva Ley de Universidades y en la modificación de la Ley de la Ciencia que se están tramitando y que, en su opinión, «deben coordinarse entre sí». Asimismo, apuntó al Plan europeo de Recuperación y Resiliencia que «debería de aprovecharse para mejorar el sistema de ciencia y tecnología de nuestro país», defendió.
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«La UBU es una universidad que investiga y que lo hace con éxito», exclamó, al tiempo que recordó que durante el pasado mes de junio los equipos investigadores de la Universidad de Burgos obtuvieron, con una tasa de éxito del 50 por ciento, 15 subvenciones de la Agencia Estatal de Investigación en su programa de I+D+i dentro del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica de Innovación, por valor de más de 1,6 millones de euros.
Por otro lado, aplaudió el aumento de la matrícula de nuevo ingreso «pese a las dudas e incertidumbres que generaba la crisis sanitaria», reconoció. Sin embargo, apuntó que en este curso ese crecimiento vuelve a producirse en casi un 4,5 por ciento, lo que significa que el incremento de matrícula en los tres últimos cursos está próximo al 20 por ciento, con más del 50 por ciento de estudiantes procedentes de fuera del distrito universitario.
Se trata, expuso, de un crecimiento que se ha producido también en el resto de las universidades públicas de Castilla y León, «lo que vuelve a hablar, y bien, de la fortaleza y creciente prestigio de nuestro sistema universitario público regional», enfatizó. «Un indicativo del aporte universitario para revertir el principal problema de Castilla y León: su proceso de envejecimiento y despoblación en el que las universidades jugamos un papel esencial para la captación y retención de talento», apostilló.
En esta línea, recordó que el último día del pasado mes de agosto, la Junta y las universidades públicas de Castilla y León firmaron un convenio cuyo objetivo es diseñar la estrategia regional frente al reto demográfico, «que confiemos dé sus frutos lo antes posible», dijo. «Ha llegado el momento de elegir entre el miedo y la esperanza», resaltó.
«Los grandes retos y desafíos que amenazan el bienestar e incluso la supervivencia de la humanidad se pueden convertir en la gran oportunidad para asegurar un desarrollo sostenible en este siglo XXI. Un desarrollo en el que no podemos dejar a nadie atrás. Y la Agenda 2030 es la mejor guía para conducir las economías del planeta y la gran oportunidad para cambiar hacia un mundo mejor», manifestó Pérez Mateos.
Así, reconoció que «mucho se ha avanzado en estos seis años en la persecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero queda todavía una tarea ingente que es responsabilidad de múltiples agentes: gobiernos, administraciones públicas, universidades, empresas, organizaciones sociales, colectivos de diferente naturaleza y, por supuesto de la ciudadanía». «La superación de la crisis debe pasar por un desarrollo social justo y equitativo, un desarrollo económico viable y un desarrollo medioambiental duradero. Sin desarrollo sostenible, no hay futuro», concluyó.
El Patio de Comendadores del Hospital del Rey acogió hoy el acto de apertura del curso académico 2021-2022 de la Universidad de Burgos, presidido por el rector Manuel Pérez Mateos, a cuyo acto asistieron el presidente del Senado, Ander Gil; el consejero de la Presidencia, Ángel Ibáñez; la viceconsejera de Educación de la Junta, Pilar Garcés García; el fiscal superior de Castilla y León, Santiago Mena; además del equipo rectoral y autoridades académicas y políticas.
La ceremonia comenzó con la intervención del secretario general, Julio Agustín Pérez Gil, que leyó la memoria del curso pasado. A continuación, el profesor del Área de Química Inorgánica Gustavo Adolfo Espino Ordóñez impartió la lección inaugural bajo el título 'Metales prodigiosos en terapia y diagnóstico: la Química al servicio de la Medicina'.
Seguidamente, la Universidad de Burgos entregó los diplomas a los premios extraordinarios de Fin de Estudios del curso 2019-2020 y se impusieron las medallas de Alfonso VIII, en la categoría de oro y plata, destinada a los miembros del personal docente e investigador y del personal de administración y servicios de la Universidad, que alcanzaron la jubilación en servicio activo.
Asimismo, se concedieron estas medallas a las personas fallecidas y a quienes cumplen los 25 años de servicios prestados en la institución académica burgalesa. La ceremonia finalizó con la intervención del rector, Manuel Pérez Mateos. Durante el acto, intervino el Coro de la Universidad de Burgos.
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