El turismo en Burgos encara un verano «raro» que teme una crisis en otoño

Para los establecimientos de turismo rural «el verano está raro». Domingo Hernández, el portavoz de la Asociación de Turismo Rural de Burgos (Turalbur), asegura que el sector tiene la percepción de que el turismo rural en la provincia «ha tocado techo», así que temen un periodo estival «flojo», en relación con 2022.

Cierto es que Burgos lidera las estadísticas, comenta Hernández, pero como el papel las estadísticas «lo aguantan todo». Así, la media de ocupación está bajando, caen los indicadores de los establecimientos y, por ese motivo, «están preocupados» ante el verano. Si hay suerte, se mantendrán los niveles de 2022; si no, pues el verano será más flojo.

Así que la convocatoria electoral no les suena muy bien, aunque de momento esperan que el impacto sea puntual, con alguna cancelación pero manejable. No están igual de calmados los hosteleros de la capital, pues confían en un julio y agosto «buenos», pero están empezando a sufrir un «parón» en las reservas desde que se anunciaron las elecciones.

Luis Mata, el presidente de la Federación de Hostelería de Burgos, admite que «las previsiones para julio y agosto son buenas, capitaneadas por el turista extranjero». El nacional está muy atento a lo que pueda pasar con las elecciones y, afirma, a una posible crisis en otoño, que es lo que a su juicio se avecina ante la convocatoria electoral.

El verano es clave para los hoteles de Burgos, que tras una Semana Santa muy buena, llegó un mayo que dejó resultados también «por encima de las expectativas». Eso sí, junio ha empezado «bastante flojo», tal vez haya influido la lluvia, y la ocupación ha caído un 20 %, aunque para el próximo fin de semana, cuando coincida la Final Four del baloncesto y una oposiciones de Educación, no vaya a haber plazas vacías en la capital.