Los trabajadores de la prisión de Burgos exigen a Marlaska que «cumpla su palabra»

Lo han hecho, tal y como explica Valentín Gómez, delegado de ACAIP, para exigir al ministro que «cumpla su palabra» y ponga en marcha todas las reformas y medidas comprometidas tiempo atrás y aún sin ejecutar.

En este sentido, explica Gómez, Grande-Marlaska «dijo en 2018 que era necesaria una reforma del código penal para que los trabajadores penitenciarios sean considerados agentes de la autoridad en el desarrollo de sus funciones» y acabar así con el «agravio comparativo» existente con otros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

Para ello, el ministro comprometió la redacción de una «ley de cuerpos penitenciaria» cuyo borrador se presentó en su día «sin negociación» previa con los representantes de los trabajadores y en la que todavía no se ha avanzado.

A todo ello, recuerda Gómez, se le unen otras dos cuestiones clave, como son la «necesaria» subida salarial tras varios años con los sueldos congelados y la cobertura de plazas vacantes, una circunstancia que repercute de manera significativa en España en general y Burgos en particular. No en vano, el centro penitenciario burgalés tiene actualmente sin cubrir 50 de las 120 plazas asignadas a vigilancia interior, es decir, las que están en contacto directo con los reclusos. Además, la de Burgos es una plantilla «envejecida», con muchos trabajadores cercanos a la edad de jubilación o al paso a segunda actividad.

Por todo ello, los trabajadores de la prisión, encabezados por los sindicatos ACAIP y CSIF, han exigido a Grande-Marlaska que «se siente a dialogar y negociar». De momento, hoy han conseguido que el propio ministro los reciba, aprovechando su visita a Burgos.

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