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Pedro Abaigar, nefrólogo jubilado en el Hospital Universitario de Burgos YFB
«Ha sido muy emotivo ver a dos pacientes que han envejecido conmigo»

«Ha sido muy emotivo ver a dos pacientes que han envejecido conmigo»

El médico Pedro Abaigar se despide de cada uno de sus más de cien pacientes para jubilarse después de treinta años de dedicación en Burgos

Domingo, 18 de septiembre 2022

«Hemos estado más de 42 años juntos», recuerda un paciente al jefe del servicio de nefrología del HUBU, Pedro Abaigar. Uno a uno, el médico se ha despedido de sus más de cien pacientes del Hospital Universitario de Burgos (HUBU) antes de jubilarse.

« ... Ha sido muy emotivo ver a dos pacientes que han envejecido conmigo», asegura sonriente. Empezó a tratarles cuando tenían menos de veinte años y en la actualidad tienen en torno a cincuenta años. Durante todo ese tiempo, Abaigar los ha atendido hasta su jubilación este mes de septiembre.

El médico navarro ha trabajado en Burgos durante más de treinta años tras su paso profesional por Madrid y Bilbao. Así, ha formado parte de la plantilla del Hospital General Yagüe y del HUBU, incluso, durante la pandemia de covid.

Lo más satisfactorio de su trabajo ha sido «el contacto con el paciente». Las afecciones en los riñones suelen requerir un tratamiento crónico, lo que convierte la relación con el paciente en algo «más íntimo y cercano».

La especialidad de nefrología del HUBU suele realizar diálisis, un proceso para depurar la sangre de aquellos pacientes con insuficiencia renal. También controla a alrededor de 260 transplantados, aunque las operaciones de transplante renal se hacen en Salamanca.

Al final, los nefrólogos acompañan a sus pacientes durante todo el proceso, desde el diagnóstico y el trasplante hasta la diálisis. Incluso, han vivido las complicaciones que sufren. Como consecuencia, «estos pacientes son muy dependientes de nosotros», asegura Abaigar.

Los médicos del HUBU también participan en la investigación clínica. En el campo de la nefrología, Pedro Abaigar ha estudiado el traspaso de bisfenoles (BPA), sustancias tóxicas en el interior de latas y envases, a la sangre. Puede resultar más negativo para los pacientes de diálisis que están en contacto con sustancias de este tipo durante muchas horas .

Cartel señala la entrada a Diálisis en el HUBU PCR

Un reto constante

Hace menos de cuarenta años «había pacientes que no recibían el tratamiento de diálisis y morían». Era lo habitual porque la nefrología todavía estaba en desarrollo.

La especialidad de los riñones era algo «totalmente novedoso» cuando el nefrólogo estudiaba medicina en la Universidad de Zaragoza a finales de los años 70. Así, Pedro Abaigar ha presenciado cómo los pacientes con insuficiencia renal morían por la ausencia de tratamientos eficaces, pero también contempla orgulloso la evolución favorable en las últimas décadas.

«Ha sido satisfactorio ver cómo hemos pasado de que los pacientes muriesen a que conozcamos mejor las enfermedades renales para ofrecer mejores expectativas y esperanzas de vida. Cuando ya has trabajado durante años, esto es muy satisfactorio», valora.

Además, la especialidad tiene «muchos retos e inquietudes» que obligan a los nefrólogos a estar al día. «Es muy exigente, en mi caso me ha requerido muchas horas de estudio, muchísimas». Pero ha merecido la pena. «Me siento orgulloso de que los pacientes estén satisfechos».

El mayor reto de su carrera profesional ha sido la pandemia de covid. «Nunca había visto nada igual, nos ha afectado mucho». Gran parte de los pacientes de nefrología se contagiaron de covid. «Fue bastante estresante», sobre todo, para el personal de enfermería porque está más en contacto con los pacientes.

Recuerda «perfectamente» cómo el 4 de marzo de 2020 ya tenía preparado un plan de contingencia, aunque le seguían diciendo que eran unos casos aislados. Una de las medidas fue dedicar un espacio solo a los contagiados. «No soy experto en esto, pero me preocupaba».

De este modo, acondicionaron dos habitaciones de la séptima planta del HUBU durante el domingo 8 de marzo de 2020. Las equiparon con dos máquinas de diálisis en cada una para poder tratar a sus pacientes infectados.

«Aquella noche nos fuimos a las 23:00 horas a casa. Dejamos todo preparado, incluida la obra de fontanería para habilitar las máquinas de diálisis con depuradoras portátiles», revela.

No ha vivido ninguna situación equiparable a la pandemia por covid. En el caso de la alerta por ébola, también prepararon un protocolo de actuación, pero no fue necesario aplicarlo.

Con dos años de pandemia y cuarenta años de dedicación a sus espaldas, Pedro Abaigar se retira «orgulloso de que sus pacientes estén satisfechos». Su vocación es el mayor legado que deja a las siguientes generaciones de nefrólogos.

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