Puerta grande para Ismael Martín que pasa a la historia en el Coliseum de Burgos

Y el sueño se cumplió. Y lo hizo a lo grande. Ismael Martín sumó su nombre a la historia de la tauromaquia burgalesa al convertirse en el úndecimo matador de toros que se doctora en suelo burgalés. El de Cantalpino (Salamanca) arrancó su etapa como matador de toros en El Coliseum de la capital burgalesa para pasar a ser, además, el primer torero a pie que toma la alternativa en el remozado coso burgalés. Y lo hizo, por la puerta grande en una tarde de rehileteros que quedará en el recuerdo de muchos. Le acompañó en la gran salida, El Fandi, con una gran recompensa para un excelente padrino.

De sangre y oro, y muy entregado y emocionado, el salmantino cumplió el sueño «del niño que soñaba con ser torero» y lo hizo acompañado de miles de burgaleses, además de cientos de vecinos de su pueblo y de la capital charra, desplazados para tan importante ocasión hasta el coso burgalés.

La primera de la tarde abrió la Feria de los Sampedros 2024 y reunió a tres esperados» toreros banderilleros», que por primera vez desde hacía décadas, libraron en el ruedo todas las suertes del toreo para deleite de todos los burgaleses y aficionados.

El Fandi, Manuel Escribano e Ismael Martín pusieron luz a una tarde nublada en elexterior, que se tornó brillante desde que sonaron los timbales y dio comienzo la tarde. Todo unido a un emocionado Himno a Burgos, que cada día de San Pedro y San Pablo, reúne a miles de almas en torno a las notas del himno que Saturnino Calleja creó para emocionar a toreros, cuadrillas y al público asistente cada 29 de junio.

Pese a estar tercero en la terna, el de Cantalpino fue el primero en salir al ruedo burgalés tal y como marca el ceremonial de cualquier alternativa. 'Burgalés', de 480 kilos, negro meano pisó la arena a las para convertir a Ismael Martín en torero. Y salió el todavía novillero al ruedo con el capote con máxima destreza y hombría con chicuelinas y domadas verónicas.

Rehitelero, el salmantino demostró su destreza en el tercio de banderillas inaugurando una tarde de toreros banderilleros, como hace años que no se veía en Burgos.

Y llegó el momento. Con 'El Fandi' como padrino, y Manuel Escribano como testigo, Ismael Martín se convirtió en torero. El de Granada se colocó frente a su ahijado para pasarle 'los trastos' con un emocionado mensaje que pone de manifiesto el compañerismo que hay entre los tres y la especial sintonía de ahijado y apadrinado.

Un emotivo momento que convirtió a Ismael Martín en el primer matador de toros en recibir la alternativa como torero a pie en El Coliseum. Y en el corazón, «sus padres», Marisol y Joaquín, que no quisieron perderse el momento y a quienes el diestro salmantino brindó una emocionada faena a quienes «le han permitido llegar hasta Burgos», y que se saldó con dos orejas fruto de su destreza con la muleta y su acierto con la espada en su primer toro de la tarde.

Además de pasar a la historia de la tauromaquia burgalesa, y sumar su nombre a la de otros toreros que tomaron la alternativa en Burgos como Ángel Teruel (1967), José Cubero 'El Yiyo' (1981), Morante de la Puebla (1997), Víctor De la Serna (2000), Roberto Martín 'Jarocho' (2003), Ismael Martín (2024) pasó a la historia de la tauromaquia salmantina convirtiéndose en el matador de toros número 38 formado en la Escuela de Tauromaquia de Salamanca.

Y en la de su pueblo, Cantalpino, que ha aupado a lo más alto al convertirse en el primer espada de la localidad charra situada casi en el cruce entre las provincias de Zamora y Salamanca. Su alcalde, Manuel Antonio Hierro, capitaneó una expedición de vecinos y aficionados que «han visto crece a Isma» y que le han seguido desde que se puso delante de una becerra hasta hoy.

Precisamente, el Coliseum se coloreó con la bandera de la localidad, además de la de la peña taurina que desde Salamanca no ha querido perderse esta importante tarde. Casi un centenar de vecinos se desplazaron para tan importante ocasión.

Si algo se vivió esta tarde de San Pedro fue el tercio de banderillas que convirtió al ruedo en una auténtica fiesta. En el segundo de la tarde , los tres espadas salieron al ruedo para mostrar su destreza con los rehiletes poniendo en pie a toda la plaza en los distintos toros. El Fandi, Escribano y Martín pusieron de manifiesto que sigue habiendo matadores rehileteros, que tanto gustan a la afición, y que tanto futuro tienen en la fiesta de los toros del siglo XXI.

La primera de la tarde se saldó con dos orejas para Martín, dos para El Fandi y una para Escribano en una tarde con toros de Antonio Bañuelos que demostraron su embestida y permitieron lucirse a los maestros en las distintas suertes.

Entregados con la afición burgalesa, destacar la ambición del salmantino, la destreza y el arte en las distintas suertes de 'El Fandi' y el arrojo de Escribano, que mereció salir con sus compañeros, pero que falló en su segundo toro.

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