Sin Feria de Tapas en los Sampedros de Burgos

Los costes se han incrementado un 20%, explica Fernando de la Varga, el presidente de la Federación de Hosteleros de Burgos, que ha estado como mediadora en el conflicto abierto entre los profesionales que han venido participando de la feria de tapas y el Ayuntamiento. «Son empresas y buscan una rentabilidad» que con el modelo planteado no van a conseguir.

Han sido dos años sin Sampedros, y ahora que se vuelve a la normalidad los costes energéticos, de transportes y de productos se han elevado de tal modo que hacen mucho menos viable cualquier iniciativa. A ello se suma la falta de colaboración del Ayuntamiento, ha lamentado De la Varga, y aunque se ha buscado patrocinadores, no ha sido suficiente.

Además, los hosteleros critican lo que consideran una «falta de respeto» por parte del Consistorio, que ha estado mareando la perdiz con las ubicaciones de las casetas. Se habló del Paseo Sierra de Atapuerca y del Paseo Marceliano Santa María. Luego, al haberse programado una actividad en este último, se pasó al Paseo del Espolón. Y hace un par de días se puso sobre la mesa la opción de la Plaza de España.

Tantos cambios han alterado aún más a los hoteleros, que afirman que no pueden organizar una feria de tapas de la noche a la mañana, ni estar cambiando constantemente de ubicación. Una feria «requiere de tiempo y planificación», insite De la Varga. Así que, ante esta situación, los 'caseteros' han optado por no sacar las casetas a la calle en los Sampedros.

¿Hayl alternativa gastronómica para las Fiestas Mayores? Pues la pelota parece estar en el tejado del Ayuntamiento, explica el presidente de los hosteleros. Se ha hablado de algunas alternativas, de otros modelos, pero no se ha tomado ninguna decisión ni nada han dicho desde el Ayuntamiento, más allá de que la concejala Blanca Carpintero haya insistido en que sí habría oferta gastronómica aunque no fuera bajo la fórmula tradicional de las casetas.

Fernando de la Varga recuerda que tampoco saldarán las gastronetas, que han salvado las últimas ediciones, pues se han sentido «ofendidos» después de que se organizara un encuentro semanas atrás y no se diera cabida a los hosteleros de Burgos. El presidente insiste en que «no se puede estar así todos los años», que Burgos necesita apostar por un proyecto estable, «de empaque», que deberá diseñarse ya de cara a 2023.