El burgalés que hizo jurar a Juan Carlos I fidelidad a la ley

Con 18 años, y hace 37, el heredero de la Corona, Felipe entonces Príncipe de Asturias, también juró, esta vez la Constitución Española. Una combinación curiosa de cifras, 18 y 37, que se repite en con la Princesa Leonor. El presidente de las Cortes, Gregorio Peces Barba, diputado por Valladolid, fue el relator y testigo. La presidenta de el Congreso de los Diputados, Francina Armengol, ha ejercido como tal en esta ocasión con la heredera al trono de España.

Son tres hechos diferentes, tres juras; una de ellas en esencia diferencial: la de Juan Carlos. No cabía en ese momento la jura de la Constitución porque Franco acababa de morir y no sería hasta tres años después cuando por referéndum se aprobaba la norma fundamental del Estado.

Pero esa jura fue un acontecimiento singular. Rodríguez de Valcárcel fue el que hizo jurar al rey su cargo. Un acontecimiento que abría las puertas de la democracia. Fue a las 12.34 del 22 de noviembre de 1975.

El presidente del Consejo de Regencia, Alejandro Rodríguez de Valcárcel, presidente, asimismo del Consejo del Reino y de las Cortes Españolas, comienza a leer la fórmula de juramento: «¿Juráis por Dios y sobre los Santos Evangelios, cumplir y hacer cumplir las Leyes Fundamentales del Reino, y guardar lealtad a los principios que informan el Movimiento Nacional?».

La diferencia es sustancial Juan Carlos, juro sobre los principios del Movimiento Nacional y las Leyes Fundamentales del Reino. Su hijo y su nieta lo han hecho sobre la Constitución. Pero quede constancia de la presencia de aquel burgalés. Apenas un año después murió.

Rodríguez de Valcárcel nació en Burgos en 1917. Tras la Guerra Civil fue presidente de la Diputación de Santander, gobernador civil de Burgos y a lo largo del periodo franquista ocupó nuerosos cargos políticos. Pero quizá el que más realce político le dio fue el nombramiento de 22 de noviembre de 1969 de presidente de las Cortes Españolas, cargo que ocupó hasta el 5 de diciembre de 1975; el tercer presidente de Franco, tras Esteban Bilbao y Antonio Iturmendi, y segunda autoridad del Estado.

Como abogado del Estado que era desde principios de los año cuarenta del siglo XX, Valcárcel fue jefe de la Abogacía del Estado de la delegación de Hacienda en Madrid.

Falleció el 22 de octubre de 1976 en Madrid. El parte médico indicaba que había sufrido una crisis cardiaca derivada de una «bronconeumopatía crónica. En su evolución crónica se presentó una parada cardiaca que, pese a los esfuerzos de reanimación aplicada, produjo el fallecimiento a las 15.45 horas». Al día siguiente fue enterrado en Burgos.