El garaje anexo a la vivienda principal, varios chamizos o construcciones ilegales dentro de su propiedad y dos corrales. Esos han sido los espacios registrados por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional, que esta semana ha reactivado el caso del triple crimen de Burgos ... al analizar los objetos que en estos sitios guardaba Ángel Ruiz (Angelillo), principal sospechoso de acabar con la vida de tres miembros de la familia Barrio (los dos padres y el hijo pequeño) en su vivienda de la calle Jesús María Ordoño de la capital burgalesa el 7 de junio de 2004. «Es una diligencia de investigación más que se tenía que terminar y concluir de una manera objetiva, fehaciente y concreta», apunta el responsable de la investigación, el subinspector de Policía Carlos Segarra.
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Durante tres jornadas (han concluido este jueves), agentes de la Policía Nacional se han trasladado a La Parte de Bureba, localidad natal del padre asesinado y del principal sospechoso, para completar una investigación iniciada en 2017. Y en estos registros «no ha aparecido, en principio, nada relevante», añade.
La cantidad de objetos que guardaba Angelillo imposibilitó que en 2017 se completaran todos los registros. Luego llegó la pandemia, el cambio de la jueza titular... lo que ha propiciado que esta investigación se haya retrasado tres años. De esta forma, se han planificado registros con recursos materiales y técnicos para llegar a pruebas que fueron infranqueables en el 2017. «El resto de propiedades que se registraron ese año se pudieron hacer con la precisión necesaria para no tener que volver a repetirlo», agrega.
Los registros, a falta de que se analice todo el material recogido, esperan dar más luz a la principal línea de investigación sobre Angelillo, que cumple pena en la cárcel de Burgos por atropellar a una mujer. «Nuestras sospechas están muy encaminadas y muy centradas. Sabemos sobre quién tenemos que centrarnos y qué tenemos que hacer», prosigue Segarra.
La única intención de la Policía Nacional es hallar pruebas o una acumulación de indicios que puedan determinar la culpabilidad de una persona. «En eso estamos y en eso vamos a seguir trabajando. Estamos ilusionados, tenemos ganas de continuar y sabemos que estamos en la línea acertada», analiza el responsable de la investigación.
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«Este caso es muy sensible, pues tres personas fueron víctimas de una brutal agresión y evidentemente la Policía no se puede permitir olvidar esos casos. Para eso estamos nosotros, en concreto la UDEV, para desahogar las plantillas. No lo vamos a dejar nunca, cuando se deje será por la prescripción del delito y aun así seguiríamos trabajando. Al final es el juez el que tiene que determinar que se ha cumplido la prescripción. Para eso queda todavía», describe Segarra.
El anterior registro del caso llevó a la Policía Nacional hasta Orense, donde en junio de este año se completó una inspección ocular del coche del padre fallecido. «Nosotros estamos centrados en una única vía de investigación. Lo que pasa que el coche es un elemento importante porque estaba en el escenario de los hechos y pudo haber sido manipulado por el autor del crimen», continúa Segarra.
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17 años después del triple crimen se sigue buscando al culpable, aunque por el banquillo de acusados también haya pasado brevemente el único sobreviviente del núcleo familiar de los Barrio Dos Ramos, el hijo mayor Rodrigo, que estudiaba en régimen interno en los hermanos gabrielistas de La Aguilera, en Aranda de Duero. En junio de 2007 se le detuvo como presunto autor del crimen al considerar que había actuado motivado por los celos enfermizos que sentía hacia su hermano pequeño.
El juez decretó el internamiento en el centro de menores Zambrana, en Valladolid, donde permaneció durante tres días. Según las investigaciones, Rodrigo habría cogido un coche del centro en el que permanecía interno, habría conducido durante un trayecto de unos 45 minutos hasta su casa de Burgos a pesar de ser menor, asesinado a su familia y vuelto al colegio. Una tesis que duró tres días al decidir el Juzgado de Menores de Burgos el fin de la medida cautelar de internamiento y ordenar la puesta en libertad de Rodrigo.
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Tras la muerte de sus padres y hermano, Rodrigo se trasladó a Galicia con varios de los hermanos de su madre y tutores legales desde ese 7 de junio de 2004. La acusación de Rodrigo como posible autor del triple crimen destapó las sospechas de sus tíos, que empezaron a pensar que su sobrino había sido el asesino de sus padres y hermano. «La visión de los hechos la tengo muy formada. Sigo pensando que Rodrigo fue el asesino» relata 17 años después el hermano de la madre de Rodrigo, Benito Dos Ramos.
Revive la historia desde Queirugás, una pequeña aldea pedánea de Verín (Orense) y donde descansan los restos mortales de Julia y Álvaro, madre e hijo, respectivamente. Allí comparte el dolor Benito con el resto de sus hermanos y con la esperanza de que algún día se conozca qué sucedió realmente esa noche de primavera en Burgos.
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El caso volvió a reabrirse en 2014. Entonces en el punto de mira se encontraba el ahora principal sospecho: un vecino del pueblo de La Parte de Bureba que durante el entierro de Salvador aceleró su tractor en las tierras colindantes con el cementerio. O que pocas horas después escribió sobre su tumba pintadas insultantes que decían «cerdo, cabrón, hijo de puta». En marzo de 2005, Ángel Ruiz fue detenido como autor de esas pintadas. Y aunque la Policía que estaba encargada de la investigación del triple crimen llevó a cabo el registro de su casa y le tomó declaración a los tres días quedó en libertad. Angelillo, como le conocían en el pueblo, tenía coartada y era poco probable que conociese el domicilio de los Barrio en Burgos.
Fue condenado por las pintadas en el cementerio, eso sí, pero la titular del juzgado de Instrucción número 2 ordenó archivar la causa contra Ángel Ruiz por su presunta implicación en el crimen de la familia Barrio. En el auto, la magistrada señalaba que no se habían descubierto indicios que apuntaran hacia él como el autor del triple asesinato, por lo que declaró el sobreseimiento provisional del caso.
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Sin embargo, todavía se volvería a reabrir en una ocasión más con el mismo protagonista en el punto de mira. En julio de 2016, la Audiencia Provincial de Burgos solicitó al Juzgado de Instrucción número 2 que continuara con la causa contra Ángel Ruiz al encontrarse nuevos indicios que le vinculaban con el asesinato de Salvador Barrio, Julia Dos Ramos y Álvaro Barrio.
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