Regresan los panecillos y los Gigantillos vuelven a danzar en Burgos por San Lesmes

La jornada más burgalesa regresa «con los ajustes obligados y sin poder decir aún que la fiesta toma todo su esplendor», según apunta el regidor Daniel de la Rosa. Pero los volatines del señor Gigantillo y la señora Gigantilla volverán a girar, la dulzaina sonará y los panecillos se repartirán para celebrar el día del patrón.

Del viernes 28 de enero al domingo 6 de febrero se suceden los actos relacionados con esta festividad. Comienza el programa el viernes 28 de enero con el pregón de la fiesta a cargo de Adelaida Sagarra, profesora titular de Historia de América de la Universidad de Burgos. Además de concierto a cargo de la Coral de Cámara San Esteban en la iglesia de San Lesmes.

El sábado 29 de enero se podrá disfrutar de espectáculos infantiles, espectáculo de humor y magia y humor.

El domingo 30 de enero, San Lesmes, comienza a las 9 horas con el pasacalles amenizado por los Dulzaineros de Capiscol. A las 11 la comitiva recorre el paseo del Espolón para llegar hasta la iglesia de San Lesmes donde se celebrará la misa. Después, en la plaza San Juan se repartirán los tradicionales panecillos y productos de la tierra. Posteriormente, sobre las 13 horas y en este mismo enclave, tendrá lugar el tradicional baile.

Teatro, conciertos, espectáculos de magia completan el programa hasta el domingo 6 de febrero. El cierre será la entrega del báculo de oro al Cabildo Catedralicio en la sala capitular del monasterio de San Juan.

El sábado 5 de febrero, a las 13.30 horas, habrá un homenaje a Diego Porcelos, fundador de la ciudad de Burgos, con una recreación histórica y un homenaje a las víctimas de la covid-19 en la plaza Santa Teresa.

Desde el viernes 28 de enero y hasta el domingo 6 de febrero se celebra también el concurso de tapas San Lesmes. Participan 22 establecimientos de hostelería.

De origen francés, San Lesmes llegó a nuestra ciudad en el siglo XI como parte de séquito del rey Alfonso VI y aquí fundó el monasterio de San Juan Evangelista.

Este monje benedictino alcanzó gran renombre no solo por su labor social con peregrinos y ciudadanos burgaleses, sino también por el papel que desempeñó en el saneamiento urbano gracias a sus conocimientos de ingeniería, llegando a asesorar al concejo municipal sobre la desecación de zonas pantanosas e insalubles.

Por todo ello los burgaleses lo escogieron como patrono, y es en las inmediaciones de la iglesia que lleva su nombre donde cada año se celebra su onomástica.