«Al principio será un shock, pero la mente siempre se acaba adaptando»

Pese a que aún queda analizar la letra pequeña y dirimir las situaciones en las que se deberá conservarla y en cuáles no habrá que hacerlo, Jiménez ha indicado que «la mayoría con el tiempo se acabará adaptando a la nueva situación» y ha comparado esta medida con la Ley Antitabaco de 2006 que disipó el humo de los bares en España.

«Al principio todo el mundo se llevó las manos a la cabeza y no se concebía no poder fumar dentro, pero apenas unos meses después, la gente se adaptó y se acabó normalizando esa situación hasta el punto de incorporarse a la vida cotidiana», expone el psicólogo.

De igual manera, Jiménez señala que habrá personas que «lo van a pasar mal» al observar en el interior de los establecimientos a otros sin la mascarilla. «Los que han perdido algún familiar o alguien cercano durante la pandemia, que no se han podido despedir de ellos o realizar un duelo arropados por la familia, tardarán mucho en borrar o minimizar ese impacto en su memoria y van a ver como una amenaza el hecho de quitarse la mascarilla», asevera.

«Probablemente, cuando entren a un bar o un restaurante, los que hayan padecido estas situaciones y similares mantendrán esa barrera que es la mascarilla y muchos de ellos, al ver alrededor gente sin mascarilla sin saber si están o no infectados, no va a entrar en este tipo de sitios por el miedo y la desconfianza heredados de más de dos años de pandemia», añade.

Por otra parte, insiste sobre el tiempo como factor fundamental en el camino a recorrer hasta poder recuperar las interacciones sociales previas a la aparición del coronavirus. «El recelo se va a mantener sobre todo al principio. Costará, pero se volverá a normalizar ciertos aspectos típicos de nuestra cultura mediterránea como dar la mano, dos besos o abrazarnos que ahora causan cierto rechazo».

Respecto a la iniciativa del Gobierno en el camino a la 'nueva normalidad', el psicólogo destaca que «no es la primera vez» que la sociedad española se enfrenta a la reinstitución de la cotidianidad tras una pandemia.

«Cuando se produjo la famosa pandemia de Gripe Española en torno a los años veinte, que se llevó muchas vidas por delante, también se produjeron confinamientos en los pueblos y las mascarillas también se introdujeron en las calles del país», recuerda.

Cien años más tarde, Jiménez rememora que aunque «por edad no lo vivió, no recuerda oír hablar de ello a sus mayores y quedó en el olvido con el paso de los años», situación que cree que se repetirá a largo plazo conforme se vaya recuperando la normalidad de nuevo.