La preocupación de los vecinos de Capiscol, que siguen con atención el desarrollo de las obras del nuevo centro de salud García Lorca, es compartida por el grupo muncipal Podemos. Su portavoz, Marga Arroyo, ha vuelto a insistir en que los trabajos «siguen paralizados ... y parece que al consejero de Sanidad le da igual», además de haber incumplido su palabra.
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Arroyo ha recordado que, semanas atrás, Alejandro Vázquez anunció que las obras «en quince días» iban a tomar «velocidad de crucero». Sin embargo, ha pasado un mes y «en la obra no hay ni un solo trabajador, ni una sola máquina», explica la portavoz. Y Podemos ha vistado varias veces el lugar, y «en el mejor de los casos hemos visto un par de obreros. No hay nadie».
Esa lentitud, que Podemos califica de «paralización», la notan los vecinos, que si bien conocen las declaraciones del consejero, y su compromiso de acabar las obras el próximo año, no son menos conscientes del retraso que acumulan. También de los problemas que puede haber con la nueva adjudicataria, el Grupo CHR, que ha sido absorvido por Urbas y, ahora, está en reestructuración.
Así, Podemos insiste en que «el consejero de Sanidad debe dejar de tomar a los burgaleses y burgalesas por idiotas y dar explicaciones de qué sucede realmente con ese proyecto». Marga Arroyo apunta, además, que «la ineptitud en la gestión del gobierno del PP y Vox mantiene parada la obra, se atiende a pacientes en barracones, se realizan citologías en casetas».
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«Las tomaduras de pelo han sido constantes en este asunto», ha recordado Marga Arroyo, insistiendo en que ha aumentado el presupuesto. «En 2011 se hizo un proyecto que se abandonó por la crisis, en 2018 hubo que rehacerlo por quedarse obsoleto y se adjudicó a Vialterra por 4,5 millones cuando el presupuesto base de licitación era de 5,4. Es decir, con una baja de en torno al 17 por ciento», ha comentado.
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Cuando unos meses después se solicita un modificado del 10 por ciento «se dice que no (septiembre de 2019) y en mayo de 2022 se vuelven a adjudicar las obras por 5,3 millones» a pesar de que una parte del mismo ya está ejecutada. En resumen, y a la espera de «ver en qué queda la actual situación de parálisis de las obras tanto en tiempos como en dinero», no aceptar en su día la propuesta de Vialterra hace que el proyecto suma un nuevo retraso.
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