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Sobre la mesa llegó a estar la opción de suspender la celebración en su totalidad, pero no será así. La Navidad de Burgos contará con su tradicional Obispillo, aunque el acto estará muy condicionado por la pandemia de la covid-19. De entrada, no habrá ... ni paseo a caballo por el centro de la ciudad ni recepción en el Ayuntamiento de Burgos, con su carta de peticiones al alcalde ni la bendición desde el balcón de la Casa Consistorial.
«No queremos que haya aglomeraciones», explica Amador Pérez, director de la Escolanía de Pueri Cantores de la Catedral de Burgos. Pero sí celebrar el Obispillo, no solo para que la tradición no se pierda, sino para que la sociedad sepa que la Escolanía «sigue viva y funcionando». Este año ha sido especialmente complicado, reconoce, pero «la ilusión no nos la va a quitar nada ni nadie», ni a Amador ni a Tania ni a Nerea, los tres responsables de la escolanía burgalesa.
De este modo, habrá Obispillo pero no será al uso. Para empezar, se ha suprimido la habitual proclamación del Obispillo en la Sala de Polisón del Teatro Principal, que tendría que haberse celebrado este próximo domingo, 13 de diciembre, tras la actuación en la Seo burgalesa. Lo niños de la Escolanía de Pueri Cantores eligieron el pasado sábado, entre los tres compañeros que han hecho la Primera Comunión este año, al que será su Obispillo 2020.
Y el próximo domingo se comunicará la elección a padres y compañeros a través del grupo de mensajería que comparten y, a continuación, se hará público el nombre del afortunado. Luego, propio 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, en la iglesia del Convento de las Madres Salesas, el escolano será investido como Obispillo, en un acto en el que también se dará la bienvenida a cuatro nuevos miembros de la Escolanía, que suma 13 niños cantores.
Pérez lamenta que sigan siendo un número tan reducido pero, sobre todo, que la pandemia de la covid-19 también haya afectado en las incorporaciones. Había otras cuatro peticiones de ingresos, pero finalmente las familias se han desanimado por miedo, y eso que se ensaya con todas las medidas de seguridad. Y que se actúa igual, con mascarilla incluida. Los escolanos se han adaptado bien, asegura Pérez, tanto al uso de la mascarilla como a cantar separados unos de otros, lo que más extrañan.
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El director de la Escolanía de Pueri Cantores recuerda que hasta la semana pasada no han podido concretar con las Madres Salesas si se iba a poder celebrar el acto, pero «ellas están encantadas y nosotros también», así que la investidura está garantizada, con asistencia mínima de familiares y cumpliendo aforos. A partir de ahí, cambia totalmente la programación del 28 de diciembre. Se tratará de hacer una recepción en el nuevo arzobispo de Burgos, Mario Iceta, que tomó posesión el pasado 5 de diciembre.
No habrá visita a la residencia de Barrantes, como es lógico en esta situación de pandemia, ni paseo a caballo por el centro de la ciudad. «Me da mucha pena», admite Amador Pérez, que el virus impone sus condiciones. Para el acto con el alcalde, Daniel de la Rosa, se han plantado dos alternativas: De la Rosa puede acercarse hasta la sede de la Escolanía, para que el Obispillo le plantee sus peticiones, o se puede hacer una videconferencia. Y nos quedamos sin acto de bendición a la ciudad en la Plaza Mayor, pero la seguridad prima. El próximo año ya se verá cómo dar protagonismo al niño obispillo de 2020, para que pueda disfrutar de la tradición al completo.
Un 2021 que estará marcado por la conmemoración del VIII Centenario de la Catedral de Burgos, motivo por el cual la Escolanía ha decidido sustituir al padrino del Obispillo por una madrina y concederle ese honor a la Seo burgalesa. Es uno más de los detalles con los que los Pueri Cantores se suman a la celebración. Amador Pérez reconoce que tenían programado un gran acto, para el 26 de diciembre, con presencia de 300 niños de escolanías de toda España, que iban a interpretar villancicos. Obviamente, la pandemia hace tiempo que obligó a suspender el acto, pero se intentará recuperar.
Este 2020 es un año diferente para todos, pero los niños necesitan también celebrar y vivir una cierta normalidad, admite Pérez. De ahí que la Escolanía de Pueri Cantores siga activa (de hecho, actuaron el pasado sábado 5 en la toma de posesión del arzobispo, tras haber estado ensayando en la Capilla del Santo Cristo de Burgos, más amplia para garantizar la distancia de seguridad) y se haya buscado la fórmula de mantener el Obispillo, cuyos últimos flecos se irán cerrando en las próximas semanas.
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