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Las diez noticias imprescindibles de Burgos este domingo 16 de marzo
Residentes de Cordia interactuando con el robot Nuka. Raquel Romero

Nuka, la compañera que ha revolucionado un centro de mayores de Burgos

La residencia Cordia de la Fundación Caja de Burgos ha adoptado esta atípica mascota para acompañar a los ancianos y mejorar sus habilidades comunicativas

Raquel Romero

Burgos

Domingo, 16 de marzo 2025, 09:18

«¡Qué guapa eres!», exclama María Jesús, una de las ancianas que habita en Cordia, la residencia de mayores de la Fundación Caja de Burgos. Quien recibe su piropo es Nuka, una bebé foca robotizada que han adoptado desde esta institución en beneficio de sus usuarios.

La nueva mascota del centro parpadea y mira perpleja a la residente ante sus halagos y caricias. A su lado Blanca, otra de las inquilinas, peina con sumo cuidado el pelo del animal artificial mientras este mueve sus extremidades y reproduce sonidos para interactuar con ella.

Dos grandes ojos custodian el rostro de Nuka. Pesa dos kilos y medio y está cubierta de un suave pelaje sintético de color blanco. Tiene sensores de movimiento, lo que facilita que la comunicación con los ancianos sea y fluida y recíproca.

La residente María Jesús se comunica con la nueva mascota. Raquel Romero

El cometido del robot es «asistir a personas con déficit cognitivo o afectadas por algún otro trastorno anímico o depresivo», asegura Óscar Martínez, responsable de Transformación Asistencial de Cordia.

La pequeña foca les ayuda a concentrarse y a expresarse. Ejemplo de ello es María Jesús, quien apenas hablaba ni se relacionaba socialmente antes que la mascota se incorporase a las instalaciones del centro.

¿Quién es Nuka?

«Paro», popularmente conocido como Nuka, es obra de un ingeniero japonés llamado Takanori Shibata. El creador, que tardó 15 años en sacar al mercado el primer prototipo de la mascota, decidió representarla físicamente como un bebé foca por ser una especie animal poco habitual en el entorno humano.

Los cometidos de este robot van más allá del cuidado de mayores, puesto que se está utilizando también en otros escenarios como en la Guerra de Ucrania, donde sirve de apoyo a jóvenes y adultos víctimas del conflicto que padecen síndrome de estrés post-traumático.

Así es Nuka, el robot terapéutico de Cordia.

La pequeña foca, además de interactuar con los humanos del mismo modo que un animal al uso, posee sensores de movimiento que miden el ritmo cardíaco; de tal forma que, al coger al robot en brazos y mantenerlo cerca del corazón, este tratará de tranquilizar a la persona que lo sostiene si esta se encuentra nerviosa o con el pulso acelerado.

Dicha función es de sumo provecho en un lugar como la residencia de mayores burgalesa, en la que utilizan a Nuka con «tres cuartas partes» de los 203 ancianos que la habitan, según calcula Martínez.

«Son para altos deterioros: residentes con alzhéimer, párkinson y otro tipo de enfermedades neurodegenerativas», explica Sara Terrazas, psicoterapeuta del centro.

Aunque los efectos del robot comiencen a percibirse de forma más notable a largo plazo, la joven ya ha podido observar varias reacciones positivas entre los usuarios. «A través de esta herramienta conseguimos que la quieran peinar, que incluso hablen con el compañero o que hagan una actividad conjunta», apunta Terrazas.

Una de las usuarias, Blanca, sostiene a Nuka en brazos. Raquel Romero

Son pequeños actos que pueden pasar inadvertidos a simple vista, pero que ayudan a los residentes «a salir de su hermetismo» habitual y a los terapeutas y cuidadores del centro a «lograr un feedback» con ellos, según la psicoterapeuta.

En el citado centro no siguen terapias pautadas, sino que van cediendo a Nuka a los mayores para que interaccionen con ella. «Estas herramientas nos permiten alcanzar el diálogo y el trabajo afectivo y cognitivo con esas personas que de otra manera resulta extraordinariamente complicado», aclara Óscar Martínez.

Terapias robotizadas vs. actividades con animales vivos

Que el centro de Caja de Burgos acogiese a esta pequeña cría de foca artificial no es un hecho aislado. Dicha práctica forma parte de un amplio plan programado para 2025 por parte de la residencia Cordia. «Nuestro reto es el trabajo con personas con deterioro», comenta Martínez y, para ello «Nuka era el paso más importante».

Sin embargo, desde Cordia ya habían experimentado con perros robots en algunas dinámicas. Incluso han llevado a cabo terapias asistidas con perros reales en varias ocasiones.

A diferencia de estos animales, Nuka es artificial, por lo que «es incansable» y no necesita cuidados, basta con enchufarle a la corriente eléctrica para recargar la batería.

«Es menos invasivo, los residentes se encuentran en un entorno seguro», comenta Terrazas defendiendo la terapia con el citado robot por encima de las realizadas con perros. Además apunta otro aspecto negativo, pues, según su criterio, las actividades con mascotas pueden resultar intensamente fatigosas para los propios animales

Este entorno favorece a que la pequeña Nuka sea ya «un miembro más de la familia Cordia», sostiene el responsable de Transformación Asistencial. Sara se suma a sus palabras: «Estamos encantados de tenerla en casa».

No podía ser de otra manera, ya que, este bebé robot, además de convertirse en un elemento revolucionario es un confidente y el motivo de la sonrisa de muchos de los residentes del citado centro burgalés.

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