«No somos negacionistas de la covid, somos jóvenes cabreados»

La quedada ha corrido como la pólvora entre los grupos de redes sociales y whatsapp en la capital pero los jóvenes que lo promueven prefieren no identificarse ni adscribirse a ninguna ideología, partido político o movimiento, «somos amigos y conocidos y nos une la ruina a la que nos va a llevar esto», explica uno de ellos. Sí lamentan que hosteleros y comerciantes se hayan desmarcado de su iniciativa ya que según indican, «hacemos esto por ayudarles y salen a decir que no lo apoyan porque tienen miedo de que les señalen».

No en vano y ante la previsión de que pudieran producirse desórdenes públicos como los de anoche en Gamonal, la Policía ha recomendado a los establecimientos de hostelería que cerrasen a las 20 horas y, sobre todo, que no dejaran en la calle mobiliario ni terrazas ante el riesgo de que fuesen utilizados como arma arrojadiza.

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El grupo, que ha hecho su aparición en la Plaza Mayor pasadas las 20 horas, estaba compuesto por una veintena de jóvenes burgaleses, de entre 20 y 30 años. Todos reacios a acercarse a la prensa y evitando llamar la atención, en medio de la enorme expectación que ha generado la convocatoria. Se desmarcan de los disturbios de este viernes, que tuvieron lugar tras otra concentración similar: «Estamos aquí de forma pacífica y no estamos a favor de apedrear coches, pero entendemos que la gente esté harta y esto va a ir a peor», manifiesta un asistente.

Entre la amalgama de ideas que argumentan, destacan que la sociedad «está dormida» y consideran necesario hacer presión ciudadana «para evitar el desastre que se avecina». Según declaran, las medidas adoptadas frente a la pandemia «no sirven para nada y nos están arruinando». Por este motivo señalan que continuarán movilizándose en Burgos contra esta situación «injusta para las familias y los ciudadanos».

En esta ocasión, tras situarse frente al Ayuntamiento para hacerse una foto y finalizar con un aplauso, no ha habido más acciones. La Policía Local y la Nacional, con un amplio dispositivo, ha vigilado el centro, que se encontraba perfectamente traquilo antes de la hora del toque de queda.