La morcilla de Burgos lleva años viajando por todo el país y deleitando los paladares de los españoles. Este alimento también ha llegado al plano internacional, e incluso una nueva versión de la misma pero vegana ha aterrizado en Nueva York.
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En una de las ... ciudades más importantes del mundo, la morcilla de Burgos vegana que realiza Morcillas Tere en Quintanilla Vivar ha conseguido una gran acogida. Se presentó en Manhattan, en las sedes de dos mercados gestionados por el chef José Andrés: Nubeluz y Little Spain.
La empresa burgalesa lleva ya dos años produciendo esta morcilla vegana, según cuenta Miguel González. El responsable explica que la principal diferencia entre la tradicional de Burgos y esta vegana son sus materias primas: «Los principales ingredientes, la cebolla y el arroz, siguen siendo exactamente iguales; la única diferencia de la morcilla vegana es que la sangre y la manteca las sustituimos por alubia negra, lenteja, aceite de oliva y quinoa».
La idea de crear este producto vegano vino, según relata González, del interés del mercado en productos ecológicos y veganos. «También hay mucha gente que, aunque sean carnívoros, quieren reducir el consumo de carne», señala. Además, González explica que ahora se están dando alergias respecto a los productos procedentes de ganado vacuno o porcino.
Otra ventaja que presenta la morcilla vegana frente a la tradicional de Burgos corresponde a las exportaciones de la misma. «Es mucho más sencillo, porque hay muchos países que ponen muchas trabas al porcino», detalla González. Además, no tiene gluten, lactosa ni conservantes.
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La morcilla vegana cuenta con seis ingredientes: arroz, cebolla, alubia negra, lenteja, aceite de oliva y quinoa. Por tanto, sólo comparte con la tradicional el arroz y la cebolla, y sustituye la sangre y la manteca porcinas por una pasta de legumbres.
Respecto a su proceso, la morcilla vegana de Burgos se hace igual que la normal. «Lo único que cambian son los ingredientes, pero la elaboración es la misma: tiempo de cocción, enfriado… Todo es lo mismo», explica González. La «sangre falsa» se crea a partir de la alubia negra, la lenteja y la quinoa cocidas, que luego se trituran y mezclan con el aceite.
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Yolanda Fernández Blanco
Todo junto, tras la cocción y el enfriado, da lugar a la morcilla de Burgos vegana. Desde hace dos años, esta morcilla se lleva preparando en Quintanilla Vivar un día sí y otro no. Sin embargo, en palabras de González, su «producción va creciendo poco a poco».
El sabor de la morcilla vegana «es muy similar» si se le compara con el de la tradicional de Burgos, explica González. Sin embargo, matiza que «si eres de Burgos y carnívoro puedes notar una pequeña diferencia», aunque las personas que no están acostumbrados a comer este alimento «no sabrían diferenciarlas», afirma.
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La morcilla de Burgos vegana es una opción saludable, con menos grasa y colesterol que la tradicional pero con fibra y proteínas. «A los restaurantes más exclusivos de Nueva York les ha encantado», detalla González de este alimento ideal para freír o asar.
Asimismo, el aspecto de la morcilla vegana es muy parecido al de la morcilla de Burgos, aclara el responsable. De cara al consumidor no cambia nada, salvo su envoltorio cuando se vende envasada al vacío. Respecto a su precio, desde Morcillas Tere indican que es «un poquito más cara que la normal» a la hora de producirse, pero que el consumidor «no nota el cambio de precio».
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