La mitad del suelo de Villalonquéjar IV ya está ocupado

De hecho, 2022 es ya el año con los mejores resultados por parte del Consorcio de Villalonquéjar. En lo que va de ejercicio, ya se ha firmado la venta o adjudicación de parcelas con una superficie total de 164.207 metros cuadrados y un valor de 9,15 millones de euros. A estas alturas del año, las cifras superan los mejores registros anuales de la historia.

En este sentido, en los últimos meses se han cerrado varias operaciones de relevancia, incluida la adjudicación de una parcela de casi 100.000 metros cuadrados para que el Grupo Panattoni levante un gran centro de distribución de Bridgestone. También se ha escriturado en los últimos meses la venta de sendas parcelas a Accolade (16.000 metros cuadrados) o Grupo Komtes (10.000 metros cuadrados), entre otras.

Con esas operaciones sobre la mesa, ya se ha cubierto más de la mitad del suelo disponible en la ampliación del polígono, dotado en su día con 1,4 millones de metros cuadrados. En concreto, ya se han vendido 659.000 metros cuadrados (el 45%) y se han adjudicado otros 132.836 metros cuadrados (el 9%). Es decir, queda disponible poco más de 40% de todo el suelo generado en Villalonquéjar IV, la última gran operación urbanística-industrial de la ciudad.

Esa circunstancia tiene dos consecuencias directas. Una buena y una mala. La buena es que el interés que está levantando Villalonquéjar entre los inversores permite escapar de la amenaza de quiebra que sobrevoló durante años al Consorcio de Villalonquéjar. Ahora, el plan de pagos se está cumpliendo y el Ayuntamiento es capaz de asumir las deudas contraídas con las entidades financieras. La consecuencia negativa, sin embargo, es que Burgos se está quedando sin suelo industrial disponible, lo que ha obligado al Ayuntamiento a trabajar para generar más suelo industrial en otros puntos de la ciudad. Eso sí, este tipo de desarrollos urbanísticos exigen tiempo.

En todo caso, el vicealcalde, Vicente Marañón, se muestra «satisfecho» por el dinamismo que se está registrando en Villalonquéjar, aunque reconoce que no continúa sin ser el «ideal». No en vano, buena parte de las nuevas inversiones que se están materializando ahora mismo están vinculadas al sector logístico. Evidentemente, toda inversión que llegue es buena, pero «lo ideal» es que la ampliación de Villalonquéjar se ocupara con actividad comercial -en la zona de transición junto a Villatoro- y, sobre todo, industrial.

«Desde el punto de vista económico-financiero, todo está en orden y no hay ninguna preocupación en este sentido, pero el reto de la ciudad ahora mismo es la industria. Hace décadas que no se instala ninguna gran empresa en Burgos y hay sectores que no están presentes y que nos gustaría que estuvieran», reconoce Marañón.

Además, añade, la logística «tiene unas necesidades específicas». Así, las empresas del sector «necesitan parcelas muy grandes, situadas cerca de vías de alta capacidad, pero no necesitan tantas dotaciones como otras actividades». Por eso, subraya, «estamos buscando otras ubicaciones en la ciudad que nos permitan ofrecer a los inversores lo que realmente necesitan» y así permitir que Villalonquéjar sea el destino de inversiones de carácter industrial, que «lamentablemente ahora mismo son mínimas».

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