«Queremos un compromiso de inversiones sostenidas todos los años por parte del Ayuntamiento»

Así lo asegura Jorge Villaverde, presidente de la Asociación de Empresarios del Polígono de Villalonquéjar (AEPV), que presume de infraestructuras, aunque reconoce que al polígono se le empiezan a ver los achaques de la edad e insiste en la necesidad de seguir atrayendo industrias a la ciudad.

¿Cómo ha sorteado el polígono la pandemia?

Obviamente, la procesión va por barrios, pero la verdad es que en términos generales no se ha sufrido en exceso. De hecho, algunos sectores, como el de la alimentación, ha funcionado como un tiro, mientras que otros, como el vinculado al automóvil, ha sufrido más. En ese caso concreto, de hecho, se ha notado más la crisis de los semiconductores o la incertidumbre en torno a la transición al vehículo eléctrico que la propia pandemia. Pero, insisto, en general ha sorteado bien la crisis.

¿La ha soportado mejor que la de 2008?

Creo que sí. En términos generales estamos hablando de un polígono con empresas muy asentadas que tienen capacidad de aguante ante una situación como la que hemos pasado.

Villalonquéjar tiene ya más de 50 años. ¿Cómo está envejeciendo?

A pesar de tener más de 50 años, Villalonquéjar cuenta con un planteamiento urbanístico envidiable. Pero, por otro lado, evidentemente se le notan los achaques de la edad. Hay infraestructuras como el saneamiento, los jardines o las aceras que presentan un desgaste normal. Uno de nuestros caballos de batalla es precisamente que el Ayuntamiento vaya arreglando lo más desgastado de una manera lógica, racional y viable económicamente. Al final, Villalonquéjar es un espacio más de la ciudad. Muchas veces, parece que un polígono es algo gris y sucio que está ahí apartado, pero más de 15.000 personas se pasan aquí más horas cada día que las que se pasan despiertos en su casa.

Recientemente han trasladado al Ayuntamiento un esbozo de plan director por valor de 150 millones de euros para los dos grandes polígonos de la ciudad.

Sí. Evidentemente, es algo inasumible por parte del Ayuntamiento a corto plazo, pero lo que pretendemos, tanto desde Villalonquéjar como desde el polígono Burgos-Este es que exista un compromiso de inversiones sostenidas todos los años. Si no, vemos que van pasando los años y no se hace nada. Si el Ayuntamiento puede asumir cada año, por ejemplo, tres millones, pues que sean tres millones. Si puede asumir diez, pues mejor. Pero, al menos, queremos que exista el compromiso a largo plazo para que se vayan ejecutando inversiones gobierne quien gobierne. Luego, ya veremos por dónde empezamos. Aquí hay mucho que hacer.

Uno de los grandes problemas de los polígonos, de hecho, son los altos presupuestos de las reformas.

Sí. Una calle normal de un polígono suele ser larga y no es sólo levantar la calle y poner bonita la acera y la calzada. Se trata de reformar las tripas. Aquí, hay algún colector que tiene serios problemas. Y hay que adaptar todas las canalizaciones a las demandas actuales de fibra, de agua, de saneamiento, de gas...

En ese sentido, Villalonquéjar está quizá mejor conservado que Burgos-Este, ¿no?

Quizá sí, sobre todo en las nuevas fases de Villalonquéjar III y IV. Sí que hay más problemas en Villalonquéjar I y II, que son las zonas más antiguas del polígono.

De momento, se está actuando en la calle Valle de Mena. ¿Se da por satisfecho?

De momento, sí. Se empezó en la calle Valle de Mena un poco en atención también al barrio de Villagonzalo Arenas, que está en mitad del propio polígono y cuyos vecinos pagan los mismos impuestos que en otras zonas de la ciudad. Las siguientes van a ser Merindad de Montija y Montes de Oca, pero, insisto, lo importante es tener un compromiso de inversiones anuales. A partir de ahí, tenemos mil proyectos por llevar a cabo en el polígono.

Otro de los debes es la gestión de los residuos en el polígono, tal y como apunta la última encuesta que han elaborado al respecto.

Sí, pero hay que matizar un poco. Se trata de un problema que ha de atajar el Ayuntamiento, pero que no es solo responsabilidad del Ayuntamiento. Aquí tenemos que poner a cada uno en su sitio, y la verdad es que, aunque somos bastante civilizados en este polígono, hay actitudes que no son respetables. Aquí no nos pasa como en el polígono Burgos-Este. Nosotros estamos más alejados de la ciudad y es más difícil que venga gente a tirar la basura donde le da la gana. En ese sentido, aquí hay un poco más de orden, pero es cierto que también hay una serie de residuos, sobre todo plásticos y cartón, que deberían tener un lugar específico. Tenemos un punto limpio, pero se va a cerrar. Luego, tenemos contenedores, pero la mayoría son para residuos orgánicos, y no para plásticos y cartón. De ahí viene un poco el estudio que hemos hecho, para ver qué se puede hacer. Lo cierto es que estamos hablando de una barbaridad de residuos. 81.000 toneladas al año. Si eso lo divides entre las 22 toneladas que lleva normalmente un trailer, estamos hablando de casi 4.000 camiones al año.

¿Qué conclusiones han extraído de esa encuesta?

Pues nos ha llamado la atención la cantidad de residuos que se generan y el potencial de recepcionarlo por parte de otras empresas del polígono. Se daba la paradoja de que había empresas que compraban fuera algunos subproductos que otras empresas del mismo polígono estaban desechando. Ahora se ha puesto eso en común y se están desarrollando acuerdos. De esta forma, el que se deshace de los residuos se ahorra un dineral por la gestión y el que los compra, lo hace a un precio muy competitivo. Creo que hay mucho potencial en este camino. De hecho, se puede ir más allá, ya que normalmente los residuos necesitan un proceso para poder reutilizarlos y a lo mejor esos procesos se podrían realizar también aquí.

¿Y qué les parece el nuevo concepto del contrato de basuras en este sentido?

Pues vamos a ver cómo funciona. El concepto pasa por tener contenedores en cada empresa. Yo aquí lo veo viable, por el tipo de empresas y parcelas que tenemos, pero lo veo más complicado en zonas de naves nido, como puede haber en Pentasa o Taglosa. Además, el problema no es poner los contenedores, sino tener una buena capacidad de recogida. En todo caso, es una apuesta firme por parte del Ayuntamiento y están convencidos de que va a funcionar. El tiempo dirá si efectivamente funciona o no. Nosotros hemos ofrecido hacer unas pruebas piloto en una parte del polígono antes de que se ponga en marcha de manera general y estamos a la espera de ver la respuesta a esa propuesta.

Otro de los caballos de batalla de la asociación es la movilidad, ¿no?

Sí. Tenemos encuestas sobre la gente que estaría dispuesta a venir en bicicleta a trabajar si fuera un poco más fácil y parece que hay interés. Todo esto lo enmarcamos en el proyecto de 'Polígono Saludable', con el que queremos mejorar nuestro espacio para competir con otros polígonos. Hoy en día, para hacer atractivo un polígono no solo es suficiente con tener unas buenas infraestructuras, sino que también se tienen en cuenta otras cuestiones, como las relacionadas con el ecologismo o la protección de la salud. Hay que recordar que hace tiempo conseguimos ser el primer polígono saludable de España.

¿Están conformes con el servicio de autobús urbano?

Por parte del servicio de autobuses siempre se han mostrado muy receptivos con cualquier sugerencia o cambio. Por ejemplo, se pidió que se cambiara el recorrido de la línea para que pasara por el gimnasio o entrase a Villagonzalo Arenas y siempre nos han atendido. A partir de ahí, no podemos pedir mucho más. Evidentemente, todos queremos que el autobús nos coja a la puerta de casa y nos deje a la puerta de la fábrica, pero entiendo que es muy complicado atender a todos en una superficie tan amplia como el polígono.

Además, tampoco hay una respuesta masiva por parte de los trabajadores. Creo que en Burgos seguimos estando atados al coche para apurar el tiempo. Muchas veces, ves un autobús de empresa de 50 plazas a las seis de la mañana en el que van 12 personas, y justo detrás van sesenta coches. En ese sentido, los burgaleses tenemos esa parte de culpa. Ojalá podamos corregir esas situaciones, pero no se trata de un problema específico del polígono, sino de la propia mentalidad. Todos somos muy ecologistas, pero a las cinco y cuarto de la mañana se nos olvida.

A pesar de ser un polígono eminentemente industrial, lo cierto es que en los últimos años ha habido un impulso del sector comercial en Villalonquéjar. ¿Están satisfechos?

Sí, por supuesto. Todo lo que sea traer gente y dar vida al polígono es bien recibido. Tenemos un par de establecimientos de fabricación de cerveza con terracita en verano, está el gimnasio, se va a instalar un rocódromo... Estamos viendo ese fenómeno cuanto más nos acercamos a la ciudad.

Otra de las actividades que parecen estar pujando mucho son las vinculadas a la logística.

Sí. Aunque ya había algunos operadores importantes desde hace años, la verdad es que están llegando nuevas empresas. Por un lado, eso está muy bien, porque son servicios a mayores para el polígono, pero por otro lado, ese sector tiene una contrapartida, y es que no es un tipo de actividad que genere mucho empleo en comparación con la superficie que ocupa. No quiero desmerecer ese sector, ni muchísimo menos, pero creo que si pudiéramos elegir, a todos nos gustaría más contar con una fábrica de ensamblaje de automóviles que dos de logística. En cualquier caso, bienvenida sea cualquier actividad.

Acaba de abrir el melón. Hace varias décadas que no se implanta en Burgos ninguna gran empresa tractora.

Efectivamente. Y ese es el principal problema que tenemos. No sé si en Burgos somos más conformistas o qué nos pasa, pero la realidad es que no las olemos desde hace muchos años. Hace unas semanas hemos visto el anuncio de la fábrica de autobuses eléctricos de Switch Mobility en Valladolid y en Burgos nada de nada.

¿No sabemos vendernos?

No sé si no sabemos vendernos o es que quizá otros están ubicados en el momento y el lugar adecuados.

¿Es suficiente el trabajo de promoción del Ayuntamiento y el Consorcio de Villalonquéjar?

Sinceramente, creo que se podría hacer más. O al menos, se podría hacer con más unión entre todos. En Burgos tenemos el grandísimo problema de que cada uno va a su bola, y a veces todos queremos ser protagonistas. Y levanto la mano el primero para que nadie me señale. Creo que entre todos deberíamos defender un poquito más lo nuestro. Ese ha sido un mal endémico de Burgos durante muchos años.

El otro factor determinante la llegada de grandes empresas es la Junta de Castilla y León. ¿Se sienten apoyados?

Buena pregunta. Tenemos el ejemplo de Switch Mobility. ¿Hasta qué punto la Junta ha ofrecido a esa empresa un polígono como Villalonquéjar? Pues la verdad es que lo desconozco, pero me genera ciertas dudas que les hayan hablado de nosotros. Desde luego, nadie se ha puesto en contacto con nosotros o nos ha consultado algo.

Entonces, ¿se sienten menospreciados en detrimento de otras áreas industriales de la comunidad?

Sí, por supuesto. Y no hablo sólo de Villalonquéjar, sino de Burgos en general. Me da la sensación de que algún político piensa que en Burgos ya hay suficiente industria y que Valladolid no tiene tanta. Siguiendo la lógica de que la política pasa por el reparto de oportunidades, podríamos decir que Valladolid tiene muchos funcionarios que podrían venir a Burgos, ¿no?

Y aún así, Villalonquéjar IV se está vendiendo.

Sí. De hecho, volviendo la vista a hace apenas cuatro años, nadie daba un duro por ello. Era un serio problema para la ciudad y fíjate cómo se ha dado la vuelta. Ni en los mejores sueños podríamos haber imaginado que se esté agotando el suelo industrial de Burgos. Es una noticia excelente, aunque también es un problema no tener una reserva de suelo importante por si se diera el caso de que mañana llegara una macroindustria.

En ese sentido, el Ayuntamiento ha comenzado ya los trámites previos para la creación de un nuevo espacio industrial.

La verdad es que en esta ocasión se han puesto las pilas, sí.

En el caso de Villalonquéjar, ¿hay posibilidad de más ampliaciones?

No. Villalonquéjar IV ya es el final. No hay sitio físico. A partir de ahí, nos salimos de los límites del término municipal y entraríamos en otros municipios como Quintanadueñas.

En todo caso, Burgos también cuenta con otras superficies industriales en el alfoz.

Y tienen un potencial enorme, con una ubicación excelente, como es el caso del polígono de Villagonzalo. Luego está el Parque Tecnológico, que esa es otra historia como la del Ave, la del Tren Directo o la de otras tantas cosas en Burgos que no llegan nunca. Insisto, a menudo estamos a verlas venir. Eso no acaba de lanzarse. De hecho, la razón por la que existe Villalonquéjar es porque lo desarrolló la propia ciudad por su cuenta y riesgo. Si estamos esperando a que alguien nos resuelva la papeleta, vamos apañados.

Esos polígonos son buenos para la ciudad, pero, ¿lo son para Villalonquéjar? ¿O son una competencia?

No son competencia de ninguna forma. Al final, es más industria y más actividad para la ciudad y su entorno. Si una empresa se instala en el Parque Tecnológico, otras empresas de cualquier punto de Burgos se verán beneficiadas. Eso, de hecho, es lo bueno que tiene Burgos en general y Villalonquéjar en particular, que cuenta con un ecosistema de industria auxiliar tremendo. Aquí, tú montas por ejemplo una fábrica de motores y tienes a un paso fábricas de inyección de plásticos, matriceros, empresas de tecnología.... Tienes lo que necesites. Y cualquier empresa, sea cual sea su ubicación en el entorno, va a necesitar servicios de empresas de Villlalnquéjar. Lo importante no es que se instalen en este polígono, sino que se instalen cerca, en la ciudad o la provincia. Eso es bueno para todos.

¿Tienen constancia de algún proyecto de entidad que no haya fraguado en Villalonquéjar?

Sí. Quizá, el proyecto más interesante que había sobre la mesa era el parque comercial de pequeñas superficies planteado en su día por Bricoleal. Nos hubiera gustado que eso hubiera sido una realidad, pero no tiene visos de que vaya a salir adelante.

La red de calor de Villalonquéjar ha sido pionera. ¿Qué tal está funcionando?

Ese fue un proyecto promovido por Somacyl, que ahora mismo está dando servicio a varias empresas y otras más están a la expectativa de ver cómo funciona para conectarse también . Hoy en día, tal y como se está poniendo el tema energético, es una apuesta más vigente que nunca. En todo caso, esta es otra de las cuestiones que hacen que el polígono sea más atractivo.

Parece que Adif ya ha metido mano para arreglar el ramal ferroviario. Es una muy buena noticia, ¿no?

Sí, parece que por fin Adif ha tomado cartas en el asunto y lo está poniendo en orden. Todavía queda algún tramo, pero ahora los trenes pasan a 30 kilómetros por hora, no a 5, como pasaban hasta ahora.

Ahora mismo, el ramal solo lo utilizan Adisseo y Transcacesa. ¿Hay algún interesado más?

Sí. Ha habido alguna empresa que se ha interesado en Villalonquéjar IV y ha preguntado por la posibilidad de sacar algún ramal particular con una inversión asumible.

¿El precio del suelo en Villalonquéjar IV está en mercado?

A mí me parece súper competitivo. Para empezar, es un precio inferior a lo que costó la obra, ya que el Ayuntamiento se va a comer la mitad de la deuda. Pero además, se trata de un suelo muy competitivo. Evidentemente, habrá otros polígonos más baratos, pero un polígono consolidado como este, en el que tienes las infraestructuras y los servicios que hay aquí no es fácil de encontrar. Conozco casos de empresas de aquí que se han ido a otros polígonos fuera de Burgos y el día a día les come.

¿Qué expectativas tienen con el proyecto del Valle del Hidrógeno?

Pues yo creo que va a ser un proyecto muy chulo. En realidad, no es una cosa de la asociación, sino que lo lidera Hiperbaric y se sale de nuestras competencias, pero creo que será un añadido más. Se da la circunstancia de que en Villalonquéjar tenemos a gente muy inquieta que ha visto que unos consumen mucho hidrógeno, otros tienen un desperdicio que se puede reutilizar y hay máquinas que lo pueden comprimir. Además, tenemos un montón de molinos aquí al lado capaces de generar hidrógeno verde. En definitiva, aquí se dan todos los ingredientes para que pueda salir un proyecto ejemplar y extrapolable a otros polígonos. Y más viendo que, de aquí en adelante, la energía va a ser un gran problema. Todo lo que no dependamos del exterior, nos va a favorecer.

¿Qué tal funciona la asociación?

Pues la verdad es que hay mucha unión y camaradería. Muchas veces, hemos hecho iniciativas que quizá no trascienden, pero que sirven para sentar en la misma mesa a gente de diferentes empresas y hay una gran predisposición para compartir experiencias. Luego, en la asociación, somos 15 en la junta directiva y entre todos lo sacamos adelante. Tampoco tenemos unos grandes recursos. Tenemos las cuotas de nuestros asociados y cubrimos los gastos justos. Al final, lo más importante es el tiempo que le dedicamos. Todos los que estamos andamos saturados en nuestros respectivos trabajos y con toda nuestra ilusión y buena fe intentamos sacar las cosas adelante. Y encantados, además.