Burgos cuenta con 12,7 millones de metros cuadrados de suelo industrial, insuficientes a medio plazo

Ahora mismo, el término municipal cuenta con una superficie de algo más de 12,7 millones de metros cuadrados de suelo industrial repartidos en varios polígonos. El más relevante, sin ningún lugar a dudas, es el de Villalonquéjar, que con sus 7,9 millones de metros cuadrados se alza como el polígono más grande de todo Castilla y León. Sólo en su última ampliación (Villalonquéjar IV) cuenta con alrededor de 2,4 millones de metros cuadrados.

También es muy significativo el peso que mantiene en esta ecuación el polígono Burgos-Este (antiguo polígono de Gamonal), que cuenta con casi 3,5 millones de metros cuadrados de superficie. Muy cerca de allí, en Villafría se encuentran tres sectores que en conjunto suman otros 525.000 metros cuadrados, una superficie muy similar a la que tiene el área industrial del Monte de la Abadesa. Y todo ello se suma a los 180.000 metros cuadrados de Castañares y a los 65.000 del entorno del aeropuerto, incluyendo, en todos los casos, los viales y las parcelas no productivas.

El problema es que la práctica totalidad de ese suelo está ya colmatado y sólo está disponible poco más del 10%, fundamentalmente en Villalonquéjar IV. Y es que, aunque a día de hoy todavía hay parcelas libres en puntos del polígono de Burgos-Este o incluso en los tres primeros sectores de Villalonquéjar, el entorno de Villatoro es el que acapara la práctica totalidad del suelo disponible. Y se empieza a agotar.

De acuerdo con la información del propio Consorcio de Villalonquéjar, ya se han puesto en el mercado casi la mitad de las 145 parcelas creadas en su día, y otro buen puñado de ellas ya están adjudciadas a diferentes empresas a la espera de formalizar la venta. De esta forma, sólo quedan libres alrededor de medio centenar de parcelas.

El problema, tal y como llevan advirtiendo desde hace un tiempo desde el Ayuntamiento, es doble. Por un lado, el actual ritmo de ventas en Villalonquéjar IV hace prever que la última gran ampliación del polígono se colmatará en el medio plazo y Burgos ahora mismo no cuenta con otra gran bolsa de suelo industrial. Además, la mayor parte de las parcelas que aún no se han vendido o adjudicado son las más pequeñas de todo el área, por lo que pueden no encajar con ciertos perfiles inversores.

Habida cuenta de estos dos factores, y del hecho de que una operación de esta magnitud conlleva unos trámites muy farragosos, el Ayuntamiento acaba de dar el pistoletazo de salida al proceso urbanístico previo para el desarrollo de una gran bolsa de suelo industrial.

La idea, según defendió el alcalde hace apenas unas semanas, pasa por dotar a la ciudad de otros cuatro millones de metros cuadrados de suelo industrial en la zona más oriental del término municipal, entre el polígono de Gamonal, el de Castañares, el aeropuerto, el puerto seco y el futuro Parque Tecnológico.

De momento, el Consistorio ya ha contratado la redacción de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que permita el desarrollo progresivo de esos futuros sectores, pero hasta dentro de varios años no se verán los resultados.

«Un proceso urbanístico de este tipo suele necesitar un desarrollo de entre 5 y 10 años, y debe empezarse con previsión antes de que se colmate el resto del suelo industrial», que es lo que se está empezando a prever, explica el vicealcalde, Vicente Marañón. «Puede que en 5 años no se haya colmatado Villalonquéjar, pero sí que es muy posible que las parcelas que queden libres no sean competitivas para, por ejemplo, actividades relacionadas con la logística», uno de los sectores que mayor interés está mostrando en instalarse en Burgos en los últimos años.

Paralelamente, el Ayuntamiento también mantiene en cartera el desarrollo de otra gran bolsa de suelo industrial, en este caso en el S-22, planteado años atrás como una ampliación del actual polígono del Monte de la Abadesa. Sin embargo, el proyecto no termina de arrancar. Tal y como explica el concejal de Urbanismo, Daniel Garabito, «aún no cuenta ni siquiera con proyecto de urbanización aprobado». Lejos de ello, el sector, de algo más de 2,2 millones de metros cuadrados, se encuentra totalmente paralizado «después de muchos años».

A estos dos enormes desarrollos pendientes se le suma el propio Parque Tecnológico, que a pesar de levantarse en su práctica totalidad en terrenos del municipio de Cardeñajimeno, se antoja fundamental para Burgos. Allí, años atrás se planteó una superficie de 1,2 millones de metros cuadrados destinados específicamente para empresas de carácter tecnológico.

Sin embargo, su desarrollo ha estado plagado de mil y un problemas, con procesos judiciales, concurso de acreedores, encomiendas de gestión anuladas y varias licitaciones infructuosas. El resultado es que hoy, en febrero de 2022, aún falta por ejecutar cerca de la mitad de las obras de urbanización, que llevan paralizadas varios años. La buena noticia es que la Junta de Castilla y León parece haber desbloqueado la situación tras la aprobación de la inversión de 23 millones de euros por parte del Instituto para la Competitividad Empresarial para finalizar las obras. Veremos si esta es la definitiva.

También parece que se acaba de desbloquear la comercialización de los más de 300.000 metros cuadrados de la ampliación del polígono Los Pedernales, que casi una década después de que concluyera su urbanización permanece prácticamente vacío ante la falta de electrificación. De momento, el Ayuntamiento de Villagonzalo ha alcanzado un acuerdo con Iberdrola para afrontar esa electrificación a un coste asumible.

Allí, también han sido varias las empresas logísticas que se han interesado en los últimos años, toda vez que se trata de un polígono con una ubicación envidiable, a los pies de la A-1 y a un paso del Nudo Landa, punto de unión de varios corredores viarios de suma importancia.

En todo caso, el objetivo del Ayuntamiento de la capital provincial pasa ineludiblemente por contar a medio y largo plazo con una importante bolsa de suelo industrial disponible para que Burgos siga impulsado su economía, en la que la industria desempeña un papel fundamental.

«Nuestra prioridad es que las empresas se instalen en nuestro término municipal, pero la opción subóptima obviamente es que se instalen en alguno de los polígonos del entorno», subraya el vicealcalde al tiempo que remarca que «lo mejor que tiene la industria burgalesa es su diversificación. Tenemos un mix muy interesante», aunque hace ya varias décadas que no se implanta una gran empresa (más de 250 trabajadores) en la ciudad. De hecho, en la capital provincial sólo hay 13 empresas consideradas grandes, pero que absorben alrededor del 45% del empleo industrial.