La guerra de Israel y Palestina puede parecer muy lejana, pero no lo es tanto. Hace unos años un joven israelí llego a España con su familia buscando una vida próspera. Las circunstancias y las casualidades le trajeron a la provincia de Burgos. Aquí encontró ... una vivienda en un pueblo cercano a Burgos.
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Hoy está a las puertas del conflicto en la llamada Tierra Prometida. Pero ni mucho menos lo es en la actualidad, como tampoco es el Eden del Génesis. Es más una tierra de conflicto y sufrimiento. El augurio del Y. A. es terrible: «sabemos que lo peor está por venir». Las palabras de este hombre son terribles. Va a la guerra de cabeza, como tantos otros israelíes.
Sus palabras conmueven: «Me encuentro actualmente movilizado dentro de una base en el sur de Israel; tengo la prohibición de hablar por los medios o redes sociales, especialmente en tiempo real o mientras dure la guerra-operación 'Espadas de hierro'». Expresa el ya soldado de las huestes de Netanyahu que «solo puedo decir que la situación actual es muy difícil y para nada parecido a otros conflictos anteriores».
Y es que la vida de este joven está en riesgo. Nadie sabe a ciencia cierta qué va a pasar. El conflicto, opinan muchos expertos, no va a ser breve; más bien todo lo contrario. Las circunstancias, como ha explicado el soldado son «muy diferentes» a otros ataques y a otros conflictos entre la rama terrorista palestina Hamas e Israel.
El abogado judío Abel Isaac de Bedoya-Bernaude aseguraba a BURGOSconecta este lunes que «el ataque ha pillado a todos por sorpresa y de manera brutal». Apoyaba al Gobierno semita del que decía que «se debe defender de quienes han realizado la matanza, con drones, indiscriminadamente y sin justificación».
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Con este contexto, el conflicto se va a recrudecer porque la potencia militar de Israel es mucho mayor que la musulmana. Por el contrario, la llamada a la Guerra Santa, en un ejercicio insano de llamar religión a la guerra, puede ser devastador con inmolaciones por parte de los soldados de los ejércitos de Hamas.
El soldado israelí no se olvida de Burgos, la tierra que le ha acogido junto a su familia en los últimos años. Sus palabras finales son para sus vecinos y amigos: «Un saludo afectuoso hasta Burgos».
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