Innovación 'made in Burgos' de la mano de Polo Positivo

El primero en alcanzar el premio fue Luis, con Metrix, un proyecto de monitorización de datos vinculado a una bodega de Segovia. En la segunda edición del Desafío fue Gema la que se alzó con la victoria con el desarrollo de 'Smart Energy', una aplicación destinada a la optimización de procesos energéticos a través del análisis de datos en tiempo real. Dos proyectos con un enorme «potencial» que han recibido el respaldo directo de Polo Positivo, formado por Fundación Caja de Burgos, Aciturri, Gonvarri, Antolín y Pascual, con el objetivo de hacer que sean viables y exitosos.

En este sentido, Luis ya puede hablar de resultados. Y es que, después de la mentorización recibida por parte de Aciturri, su proyecto ya está despegando. De hecho, en breve tiene previsto incorporar hasta tres trabajadores a su equipo después de tres años de maduración y una historia un tanto peculiar.

Natural de Buenos Aires, Luis acumula casi 35 años de experiencia en el ámbito de las telecomunicaciones, la ciberseguridad y, en última instancia, la monitorización de datos en Argentina. La casualidad -o el destino- hizo que, tras un viaje a España para realizar el Camino de Santiago, se enamorara de esta tierra, de la que provienen sus padres. «Ya tenía en mente desarrollar un proyecto de monitorización en España, y cuando regresé a la Argentina después de hacer el Camino de Santiago, entré en Internet y busqué 'invertir en Burgos'», resume con una sonrisa. A partir de ahí, entró en contacto con el Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI), comprobó que en Burgos había opciones reales de desarrollar el proyecto e hizo las maletas.

Tiempo después, ya asentado en las tierras del Cid, le plantearon la posibilidad de presentar el proyecto al certamen organizado por Polo Positivo y acabó ganándolo, lo que le permitió dar un «paso adelante». «Me ha aportado visibilidad y, sobre todo, credibilidad. Tener un apoyo por detrás del calibre de la Fundación Caja de Burgos o, en mi caso, Aciturri, supone una fantástica carta de presentación», resume.

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Ese es, precisamente, el objetivo que persigue Gema, vencedora de la segunda edición. Su caso, no obstante, es radicalmente opuesto al de Luis. Sí, también es informática, pero su viaje vital nada tiene que ver con el del argentino. Tras finalizar sus estudios de informática en la UBU, y siguiendo el ejemplo de otros muchos paisanos, acabó recalando en Madrid para trabajar en sectores como el de la banca o el de los seguros. De momento, el trabajo por cuenta ajena es lo que le «da de comer», pero desde muy joven comenzó a desarrollar «proyectos paralelos», a menudo de la mano de la comunidad de desarrolladores Google Developers Group (GDG).

Así, cuando Polo Positivo lanzó su segundo Desafío Industrial, Gema lo asumió como «un reto». «Quería ver si era capaz de desarrollar un proyecto» basado en la recopilación y análisis de datos en tiempo real. Y lo hizo. Y acabó alzándose con el premio.

Ahora, reconoce, no sabe lo que le deparará el futuro. De momento continúa trabajando por cuenta ajena mientras en paralelo desarrolla su proyecto. «Quiero ver hasta donde puedo llegar» de la mano de Polo Positivo, aunque, como Luis, tiene claro que quiere quedarse en Burgos.

Y es que Burgos es una plaza fantástica para desarrollar proyectos empresariales, sobre todo en el ámbito industrial. Así lo destacan ambos, que comparten conclusiones a pesar de partir desde perspectivas bien diferentes. «Tengo experiencia internacional y nacional y creo que puedo hablar con conocimiento de causa. Burgos es un gran desconocido. Es una ciudad muy amable para vivir, pero en la que también hay un gran ecosistema empresarial con enorme potencial. Aquí se practica el 'ora et labora' y la gente se sorprende cuando conoce la ciudad y descubre las empresas que hay aquí», subraya Luis.

Una conclusión muy similar expone Gema, que «quizá» comenzó a valorar el potencial de Burgos cuando marchó a trabajar a Madrid. «Parece que empiezas a darte cuenta de muchas cosas cuando estás fuera. Yo llevaba seis años en Madrid y la verdad es que estaba deseando volver. Ahora, con el teletrabajo, lo he podido hacer y estoy encantada», explica al tiempo que insiste en la necesidad de «creérnoslo». «Creo que no sabemos vendernos, y eso es fundamental», subraya.

Quizá, añaden ambos, iniciativas como Polo Positivo y su Desafío Industrial sirvan para ir cambiando poco a poco esa dinámica. De momento, Luis y Gema, que no se conocían personalmente antes de sentarse con BURGOSconecta, aprovecharon la sesión de fotos para poner en común algunas experiencias de sus respectivos proyectos. Y es que, según destacan, «los dos proyectos podrían ser complementarios».