La decisión de suspender la celebración del congreso anual de la Sociedad Española de Retina y Vítreo, que iba a reunior a cerca de un millar de presonas en Burgos desde este jueves, ha supuesto un mazazo importante para el sector de la hostelería en ... la cpaital. «Los hoteles han peridod mucho dinero», un dinero que ya no se recuperará ni aunque el congreso se celebre más adelante, como parece ser la intención.
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Luis Mata, de la Federación de Empresarios de Hostelería de Burgos, recuerda que algunos hoteles se van a quedar estos días vacíos. Tenían las habitaciones reservadas para el congreso desde hace meses y, por tanto, se han pasado semanas rechazando otras reservas. Ahora, se quedarán con las habitaciones vacías y sin opciones, dado que no hay margen de maniobra, para buscar nuevos clientes.
En términos económicos, se perderá buena parte de los ingresos previstos, pues únicamente recuperarán las fianzas. Y si hablamos de hostelería el golpe será igual de importante pues se perderán reservas de comidas y cenas y salidas de tapeo y alterne, uno de los efectos colaterales positivos que suelen tener este tipo de eventos. Además, los hosteleros afirman que «lo que ha se perdido esta semena ya no se levanta».
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Y es que, aunque la intención es que el congreso se retome en otro momento, este aplazamiento va a tener sus consecuencias. Estaba concertado para temporada baja, así que si se reubica en temporada alta puede ser que los hoteles no tengan la misma disponibilidad que ahora, pues además ya tienen cerradas muchas programaciones. De una forma o de otra, el daño ya está hecho.
«Miedo al coronvarius no hay, pero sí respeto», afirma Mata, sobre todo por la «histeria» que está generado el virus y declaraciones de miembros del gobierno Central que son «incoherentes». No se puede decir que «no se debe caer en el alarmismo» y, horas después, recomendar la cancelación de congreso. «A un país que vive del turismo, estos golpes le cuestan mucho dinero».
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En Burgos tienen claro que «el golpe más fuerte les va a llegar de eventos grandes, no del día a día». Y es que el cliente final sigue haciendo reservas, al mismo ritmo que siempre y las cancelaciones, hasta ahora, han entrado dentro de la normalidad. El cliente intermedio es el que también se puede resentir, ese que organiza un evento pequeño o medio para clientes o proveedores y que, ante la alarma social, prefiere supenderlo.
Luis Mata cree que esta situación de intranquilidad se mantendrá durante los meses de marzo y abril, aunque confía en que luego se pueda volver a la normalidad.
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