Enrique Seco, Presidente de la Asociación Burgalesa de Restaurantes, Cafeterías y Bares

«La hostelería de ahora no es esclava como la de antes, es más divertida y conciliadora»

No le pilla de nuevas. Estos años ha formado parte de la directiva de la federación, pero ahora asume la Presidencia. Y lo hace con ilusión, con muchas ideas en la cabeza y con la intención de que los hosteleros se involucren más en la vida de la ciudad, les dejen implicarse más, y contribuyan a la promoción de Burgos como beneficio también propio.

-¿Qué tal el aterrizaje, que ha sido un poco forzado?

Ha sido forzado porque estaba, sin lugar a dudas, provocado por la dimisión del antiguo presidente (Fernando de la Varga). Veíamos la incompatibilidad, tanto él como nosotros, de estar en las dos posiciones (ir en la lista del Partido Popular y ser vicepresidente de la Federación de Hostelería de Burgos); de ser juez y parte. El aterrizaje ha sido bueno, muy bien recibido, con muchas ganas de hacer cosas nuevas e intentar corregir los fallos que yo he detectado en la federación.

-Era una cambio necesario pero ¿por qué se ha tardado tanto?

Todo lleva su tiempo y había que buscar una representación, alguien que se presentara, un apoyo por parte de la directiva… Han sido veinte días, un mes. Desde que hablamos con Fernando, y él nos lo expuso también, hemos intentado buscar una opción, que esperamos que sea buena. Me he presentado yo con una junta directiva; la verdad es que tengo un equipo envidiable. Estoy encantadísimo con ellos. En el aterrizaje he estado arropado en todo momento. Ahora, vamos a intentar que la federación no sea solo una cabeza visible, que no sea solo Enrique Seco, sino que se hable de que la Federación de Hostelería decide, quiere o hace.

-¿Cuál es el ambiente que se respira en la federación estos días?

La federación está bien. El lunes tuvimos una nueva reunión, hemos sacado nuevas ideas. El ambiente siempre ha sido bueno, cada uno con sus ideas, pero todos tirando hacia el mismo objetivo.

-¿Es complicado poner de acuerdo a todos los hosteleros, cada uno con sus ideas, sus necesidades…?

Es difícil, pero como en cualquier comunidad de vecinos. Al final, todos queremos arrimar la patata a nuestra ascua pero lo que se tiene que hacer es tomar una decisión que sea la mejor para el colectivo. Para una fiesta, un evento, una celebración, por ejemplo, hay que buscar el mejor espacio no para un hostelero, sino para la iniciativa, que puede ser la Plaza Mayor o la Plaza del Rey San Fernando. Lo que es difícil en esta ciudad es sacar la gente a la calle, sobre todo por la climatología. Una vez que sale, si tú no trabajas es porque algo no haces bien.

-¿Cómo afronta el reto de la presidencia?

Con mucha ilusión, con muchísimas ganas, de verdad. También con nervios, no lo voy a negar. Ha sido llegar y empezarnos a pedir reuniones. Y ya se han agendado. Yo ya estaba en la directiva de la federación pero, como miembro, te encargas de un proyecto. Ahora tienes que estar un poco a todo aunque tengo muy buen equipo y vamos a intentar hacer grupos de trabajo para distribuir las tareas. No puedo abandonar el negocio, es uno de los requisitos. Y además me encanta. Lo que más me gusta es mi trabajo.

-¿Por qué se hace uno hostelero?

Teníamos este local, lo tenía la familia. Monté un negocio con mi padre y empiezas a aprender, a aprender, a aprender… y engancha. La hostelería engancha. La hostelería es como una droga, es muy sacrificada, muchas horas, muy malas horas pero te encanta. Voy a hacer aquí 28 años en junio; hemos pasado por diferentes equipos de gobierno, varias obras en la Plaza Mayor, por una pandemia...

-¿Es un buen momento para invertir en un negocio de hostelería?

No lo sé. Es el momento en el que los locales están un poquitín más bajos porque hay mucho local vacío. Pero no todo tiene que ser hostelería. En una calle, según mi opinión personal, tiene que haber hostelería y comercio. Es verdad que, para bien o para mal, nosotros movemos gente.

-Los comerciantes del centro histórico piden una ordenanza de usos para evitar 'guetos' de hostelería

También estoy de acuerdo. Todo en su justa medida. Cuando empecé en esta calle (Sombrerería es una 'ese', empieza en la Plaza Mayor y termina en La Paloma) éramos nueve o diez y ahora somos diecinueve. Esta calle se ha dedicado solo a hostelería, lo mismo que la calle de los Herreros. Por eso creo que el comercio tiene razón cuando habla de esos guetos. Se podrían poner algunos vetos pero el comerciante también tiene que apostar por un comercio nuevo para atraer gente.

-¿Cuáles son los retos que se marcan como nueva directiva?

Uno de los primeros proyectos será un complemento a las Fiestas de San Pedro y San Pablo. Se va a llamar 'Sampedros de calle' y buscamos sacar a la gente a la calle. Queremos sacar una barra a la calle para completar el atractivo lúdico y turístico de la ciudad, su oferta gastronómica. Algo de calidad, con clase. Con animación de calle, que todavía está por cerrar. No tiene nada que ver con la feria de tapas, ni complementario ni no. Nosotros lo que buscamos es sacar los bares a la calle. La feria de tapas quizás sea otra cosa distinta.

-La idea de la federación es seguir participando en los eventos que se organicen en la ciudad, ya sea la Noche Blanca, los Sampedros, el Cidiano…

La federación se crea para ayudar al hostelero y unirlo, pero hemos pasado a la promoción de la ciudad. Tenemos en mente seguir organizando actividades como los eventos gastronómicos, algún festival, conciertos… para promocionar Burgos y así ayudar al hostelero. Y, sin ninguna duda, de la mano de Promueve, del Ayuntamiento, de la Diputación (hay que recordar que es una federación provincial y tenemos proyectos con Burgos Alimenta…). Queremos colaborar con todos los entes para promocionar la ciudad y realizar una oferta gastronómica divertida, lúdica, seria y formal. La federación quiere ser algo serio, formal y con muchas ganas de ayudar.

-¿Hemos superado ya la pandemia? ¿En qué situación se encuentra ahora la hostelería?

Creo que en una situación muy buena. En los 28 años que llevo con el negocio, la pandemia ha sido lo más duro de trabajar. Sobre todo era la incertidumbre. Nosotros (El Soportal), de 365 cerramos 186. Y esa misma situación la han tenido muchísimos hosteleros. Era inviable sacar la gente a la calle a comer a bajas temperaturas y decidimos abrir más tarde. Fue muy difícil pero hemos aprendido muchísimo; hemos aprendido a querer y mimar al cliente. Y la situación actual es muy buena porque contamos con la participación ciudadana, con el beneplácito del público.

-¿Cómo os ha afectado la subida de los precios y la energía?

Nos ha afectado mucho, muchísimo y hemos tenido que repercutir esos precios. Se han repercutido en un 8 %, aproximadamente, pero la gente lo ha aceptado porque esa subida de precios también les ha afectado a ellos en casa. A nosotros la energía se nos llegó a multiplicar por tres. Eso con el sobrecoste del hostelero, pero también para el proveedor. Ha sido muy duro pero lo peor es que no sabemos si ha acabado ya, si el IPC está estable o va a seguir subiendo, y si es así no sabemos si vamos a poder seguir. La cerveza ha subido un 15 % en un año… Y si nos dejan a la gente es casa, eso es lo peor que nos puede pasar.

-¿Ha habido negocios que han cerrado bien por la pandemia bien por la subida de precios?

La pandemia ha dejado gente fuera, no sé si mucha, pero sí ha dejado. En esta vida lo que no te mata te hace más fuerte. Nos ha enseñado muchísimo, no ha enseñado a unirnos. La subida de precios todavía no ha obligado a cerrar negocios, pero sí la pandemia.

-¿Sigue habiendo problemas para la contratación de profesionales?

Sí, sigue habiendo. En Burgos no es el mayor problema, pero se necesita más gente y gente preparada.

-¿Cuál es la solución?

Esta es no es la hostelería de antes, muy sacrificada, de muchas horas. Es mucho más conciliadora. El personal que viene a trabajar en sala, cocina o barra es lo que debe de entender, que ya no es esa hostelería esclava. Es mucho más divertida que antes, más conciliadora. Nos hemos adaptado mucho a la demanda del empleado.

-¿Se han revisado y actualizado los horarios, las condiciones y los salarios?

Desde mi punto de vista, y desde el bar que yo gestiono, sí. Nos hemos intentado adaptar en la medida de lo posible. La pandemia nos ha enseñado que tenemos que vivir, así que cerramos el domingo por la tarde (solo trabajamos tres horas, y cuesta menos venir); nosotros nunca superamos las 40 horas semanales; cerramos antes… Es mucho más fácil conciliar. Hemos adelantado las cenas y las comidas y estamos más tiempo en nuestras casas, con nuestras familias y amigos.

-Tenemos ya ordenanza municipal de terrazas, ¿es la ordenanza que quería y necesitaba la hostelería?

Creo que sí. Se nos ha tomado muy en serio. Es lo que hay que hacer, reunir a los agentes involucrados. Es una ordenanza consensuada. Partimos de la base de que las terrazas generan un activo en la ciudad, y no solo económico; es un activo de ambiente y alegría. Como en todas las negociaciones, quizás no hemos conseguido todo lo que queríamos pero sí nos hemos acercado mucho. Me imagino que no todos estaremos contentos pero beneficiamos a mucha gente.

-¿La recogida de basuras 'puerta a puerta' está ya normalizada?

Está bastante normalizado. Llevamos como 10 o 15 días que se cumplen más o menos los horarios. Del personal que viene, no tengo más que elogios. Pero hago un llamamiento a la Concejalía de Medio Ambiente y a Josué Temiño para que nos recojan el plástico. Es el único problema. Lo que más generamos es plástico, lo que más reciclamos es plástico, y es un trastorno muy grande tener que llevarlo al contenedor. Se recoge el cartón, el vidrio y la materia orgánica, por qué no poner una recogida de plástico también. Es una de las quejas que más he recibido. Solo recogen el plástico tipo film, y es muy poco lo que se genera. Cuando nos hablaron del puerta a puerta se nos vino el mundo encima, pero es una gozada, a todo te adaptas.

-Los iniciados fueron complicados, ¿realmente hubo tantos problemas como se trasladó o hubo un uso político del servicio?

El problema es que no sabíamos qué se nos venía encima. Nosotros llevamos reciclando tiempo, a mí particularmente me gusta reciclar. Pero nos venían el mundo encima… si tengo que tener para orgánico tres contenedores… Ahora sé que si separo el plástico, con un contenedor de vidrio y uno orgánico me vale.

-¿Qué le piden al futuro alcalde?

Le pediría trabajar juntos para todo lo que podamos. Retomar la participación hostelera para el Cidiano, que nos dejé de lado. Y, sobre todo, trabajar con más tiempo. Sabemos que el 29 de junio en San Pedro y San Pablo hoy igual que el año que viene. Vamos a intentar hacer las reuniones de organización en octubre, noviembre… al más puro estilo Sanfermines. Acaban las fiestas, tenemos un par de semana de 'resaca' y vamos a ponernos a preparar los siguientes Sampedros. Esta es la asignatura pendiente de Burgos, el tiempo, que no se nos eche encima.