Punto final al Viernes de Pasión. Todas y cada una de las cofradías de Burgos participaron en la tarde noche de hoy en la procesión del Santo Entierro, la más multitudinaria de todas las de la Semana Santa burgalesa. Una procesión cargada de emotividad, simbolismo ... y solemnidad que este año volvió a variar parcialmente su recorrido hasta desembocar en la Plaza Mayor.
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Allí comenzaron a llegar las 16 cofradías de la ciudad, acompañadas de sus respectivas agrupación de tambores y cornetas, al filo de las 20:30 horas tras una larga y lenta marcha por algunas de las calles más céntricas del centro histórico.
Ya a las 20:00 estaba todo preparado en el interior de la Catedral para que la comitiva arrancara, encabezada por el Cristo Yacente, que fue trasladado por la Hermandad del Santo Sepulcro desde la capilla del Corpus Cristi a través de toda la Seo burgalesa hasta desembocar en una plaza de Santa María atestada de gente.
Allí, los cofrades introdujeron al Cristo en el Sepulcro, dando comienzo la procesión en sí. Por segundo año consecutivo -la tradición se recuperó en 2022-, el resto de tallas y cofradías de la ciudad salieron también del templo; con paso lento, cadencioso, al ritmo que marcaba el cortejo fúnebre de tambores y trompetas. El publico y los cofrades, mientras tanto, guardaban un respetuoso silencio.
Una a una, todas las tallas fueron emprendiendo el camino hacia el exterior. Imágenes como 'La oración del huerto', 'El prendimiento', 'La flagelación del Señor', 'Jesús atado a la columna', 'Santo Sudario', 'La coronación de espinas', 'Jesús con la Cruz a cuestas' o 'La crucifixión del Señor' desfilaron ante el Cristo Yacente y la atenta mirada de cientos de personas que intentaban inmortalizar el momento con sus cámaras y teléfonos móviles.
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Alejandro Rodríguez
La noche iba cayendo poco a poco y la salida de la Catedral continuaba, sólo perturbada unos minutos por una emergencia sanitaria, que al igual que sucedió el jueves en la procesión del Encuentro, obligó a paralizar la marcha mientras los facultativos sanitarios trasladaban a una mujer en ambulancia al paso de Nuestra Señora de los Dolores.
Tras el susto, la procesión continuó su recorrido, pasando por Nuño Rasura, el Arco de Santa María, la plaza Vega, la calle Miranda, la calle San Pablo y la plaza de Santo Domingo hasta desembocar en la Plaza Mayor.
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Allí, propios y extraños compartían espacio en una noche más que apacible para lo que es habitual a orillas del Arlanzón por estas fechas. Y allí se puso punto y final al Santo Entierro, una procesión que, de nuevo, volvió a ser multitudinaria.
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