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Recogimiento, solemnidad y devoción. La Virgen de Nuestra Señora de los Dolores volvió a encontrarse hoy con Jesús con la Cruz a cuestas a los pies de la Catedral para despedirse de él camino a la muerte en una de las procesiones más emblemáticas de ... la Semana Santa de Burgos. Una procesión que de nuevo fue multitudinaria.
Pasadas las siete de la tarde, ya estaba todo preparado en las parroquias de San Gil y San Cosme. Allí, los miembros de la Archicofradía del Santísimo Sacramento y de Jesús con la Cruz a Cuestas y la Real Hermandad de la Sangre del Cristo de Burgos y Nuestra Señora de los Dolores esperaban la señal de inicio de sus respectivas marchas. Hoy era su día grande.
Para entonces, la imagen de la Virgen esperaba fuera del San Gil ante la atenta mirada de decenas de personas; burgaleses y turistas atraídos por la solemnidad de la música de cornetas que abría la larga marcha camino a la plaza del Rey San Fernando. Pasadas las 19:45, la imagen de Nuestra Señora de los Dolores talla emprendía su particular camino en busca de su hijo, que en aquel momento salía de San Cosme acompañado por decenas de cofrades.
Una por La Paloma, la otra por la plaza de Vega, ambas marchas estuvieron arropadas en todo momento por una multitud, que por momentos colapsaba el trayecto.
Mientras tanto, cientos y cientos de personas abarrotaban la plaza del Rey San Fernando. Allí, al filo de las 21 horas, llegaba la talla de la Virgen. Minutos después hacía su entrada Jesús con la Cruz a cuestas. Lo hacía, como manda la tradición, atravesando poco a poco el Arco de Santa María, prosiguiendo su lento avance al encuentro de su madre.
Ambos, al fin, se cruzaban a los pies de la Catedral ante la mirada de devotos y curiosos mientras una oración recorría la plaza. También hubo tiempo para la música, en esta ocasión a cargo de 'Hakuna Burgos'.
Y tras el encuentro, llegaba la despedida. Una despedida que, en esta ocasión, fue accidentada. Y es que, justo en ese momento, efectivos de Emergencias Sanitarias, de Protección Civil y de la Policía Local se abrían paso entre la multitud para atender a una mujer que acababa de sufrir un desvanecimiento. Minutos después, una ambulancia hacía entrada en la plaza y los facultativos sanitarios se llevaban a la mujer al hospital.
Solventado el incidente sanitario, la procesión se retomó. Ambas cofradías se intercambiaron sendos ramos de flores y cada una de las tallas prosiguió su camino. Nuestra Señora de los Dolores regresó a San Gil, mientras que Jesús con la Cruz a cuestas entró en la Catedral para hacer una estación de penitencia, una de las principales novedades de la Semana Santa de este año.
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