La Fundación Caja de Burgos iniciará las obras de ampliación de su residencia después de verano

Según explica Raúl Vegas, responsable del área de Inversiones de la entidad, el proyecto nació ante la existencia de una gran «demanda latente» de plazas residenciales en la ciudad. Y es que, a pesar de que a raíz de la pandemia de la covid-19 se ha reducido parcialmente dicha demanda, todos los indicadores sociológicos apuntan a un fuerte incremento de las necesidades residenciales durante los próximos años. Y las 136 plazas que actualmente tiene el centro no serán suficientes como para cubrir esa demanda.

Con esa idea como hilo conductor, tiempo atrás se planteó un proyecto muy ambicioso, mediante el que se pretende incrementar la actual residencia con otras 80 plazas, repartidas en 70 habitaciones.

Para ello se ha proyectado un edificio anexo al complejo actual, que constará de cinco alturas más la planta baja. En cada uno de los pisos se adaptará una 'unidad de convivencia' independiente, una fórmula que se implantó ya a raíz de la última reforma llevada a cabo en el actual complejo y que permite una asistencia más cercana para los residentes.

El nuevo inmueble, que contará además con todos los espacios habituales en este tipo de instalaciones, se levantará en mitad de la parcela, y se conectará con el ya existente formando un único complejo. De hecho, está previsto que la entrada principal a la residencia se realice por el nuevo edificio, que se ha diseñado bajo criterios de eficiencia energética.

También se aprovecharán la ocasión para reformar alguno de los espacios del antiguo edificio, como la cocina, así como parte de los jardines, donde se habilitará un nuevo aparcamiento.

En total, el proyecto está valorado en unos 10 millones de euros, lo que lo convierte en una de las mayores inversiones previstas en el casco urbano de la ciudad en los últimos años.

La idea que se baraja actualmente pasa por poder iniciar las obras «a finales del verano», aunque ello dependerá de varios factores, como la propia evolución de la pandemia o la celeridad con la que se lleven a cabo tanto la licitación como la adjudicación de las obras.

En todo caso, el proyecto ya cuenta con todos los parabienes municipales. Así, tiempo atrás ya se aprobaron el estudio de detalle, el proyecto básico y el proyecto de ejecución. Y es que, la intención inicial de la fundación pasaba por comenzar los trabajos meses atrás, pero la pandemia ha trastocado los planes y ha obligado a retrasar su inicio.

A priori, se plantea un calendario de ejecución de unos dos años y medio, y se prevé que una vez operativo permita mantener «entre 40 y 45 puestos de trabajo directos», que se sumarían a los casi 70 trabajadores con los que cuenta actualmente la plantilla del centro.