Formarse y trabajar, una misión imposible en Castilla y León para enfermeras que realizan el EIR

Es la voz de «al menos» seis compañeras más que el próximo 30 de enero se verán obligadas a elegir entre continuar su formación o incorporarse a una plaza de oposición que sacaron en verano, cuando se publicó la relación provisional de aprobados, tras pasar dos exámenes y un concurso de méritos.

Desde entonces, Andrea Sidranes, Irene Carasa, Sara Gómez, Marta Delgado y Blanca García han recurrido a todo tipo de organismos, como el Procurador del Común, para intentar que ambas opciones fuesen compatibles, algo que «sería beneficioso para las personas que atiendan, porque al final una mayor formación repercutiría en un mejor servicio», expone Dueñas.

Todas ellas han tenido que superar un «exigente» examen a nivel nacional para acceder a estos programas formativos de enfermería que contemplan dos años de duración y que Mónica comenzó en mayo del pasado año.

«Acabaré en mayo del 2024», indica sobre un futuro que ahora mismo es incierto. El problema radica en una incompatibilidad entre el decreto que regula el EIR, con una legislación específica de contrato laboral temporal con dedicación a tiempo completo, y el convenio colectivo para el personal laboral de la administración general en Castilla y León.

«Intentamos que regularizasen nuestra situación mediante una excedencia o prórroga en la toma de posesión -de la plaza de oposición- hasta la finalización de la residencia -EIR-. Pero hemos encontrado la negativa por parte de la Administración, obligándonos a elegir entre plaza o continuar con nuestra formación como especialistas», relata Dueñas.

Según comenta la afectada, ante las recurrentes peticiones realizadas la Gerencia de Servicios Sociales se amparaba en que el actual convenio no tiene recogida ningún tipo de excedencia para formación. «Para ellos, nos encontramos haciendo un cursillo voluntario», expone con indignación.

El 30 de noviembre de 2022, junto con varias delegadas sindicales, Dueñas acudió en representación de sus cinco compañeras a una reunión con el Delegado Territorial de Burgos, Roberto Saíz, para exponerle su caso, que tuviese conocimiento de la situación y «del contrato de incompatibilidad firmado debido a encontrarnos en formación EIR».

Sin solución ni alternativa propuesta desde entonces, las seis afectadas por esta casuística se temen que todo el esfuerzo realizado para alcanzar tanto la plaza como la formación se desvanezca por «no querer hacer una excedencia».

«Dicen que hay dificultad de contratación, pero ahora la solución que nos queda a nosotras es renunciar o a nuestra plaza o al EIR», señala sobre la disyuntiva que deben resolver antes del próximo lunes sin que se les haya dado otras opciones para mantener ambas.

Dueñas y sus compañeras subrayan el «agravio comparativo» que supone «aprobar una oposición, así como una plaza de formación sanitaria especializada, y que la Gerencia no valore este esfuerzo ni proponga una solución pertinente, cuando en otros organismos de la misma comunidad como Sacyl, se recoge la excedencia por servicios especiales».

Si nada lo remedia, el lunes 30 de enero estas seis mujeres deberán cerrar por la falta de soluciones y una incompatibilidad en la legislación, una de las dos puertas que abrieron con su esfuerzo y sacrificio para convertirse en mejores profesionales y poder trabajar al mismo tiempo.