Un empleado de limpieza de Carnes Selectas podría perder el brazo tras sufrir un atrapamiento por una máquina del matadero

El siniestro laboral tuvo lugar sobre las cinco de la madrugada. La víctima, R.F.G. de 36 años, estaba realizando labores de limpieza, como venía haciendo durante el año que lleva contratado por Acciona, la empresa que gestiona el servicio. Son trabajos, explican los sindicatos habituales en el turno de noche para preparar el matadero entre la matanza de la tarde y la de la mañana, que arranca a las seis.

El empleado se vio atrapado por una de las máquinas que estaba limpiando, «de la que no ha recibido formación ninguna», afirman los familiares, pero nadie se explica cómo pudo ocurrir. Juan Ignacio Ruiz Crespo, secretario general de la Federación de Industria de CCOO en Burgos, insiste en que las máquinas tienen que estar paradas cuando se hacen los trabajos de limpieza.

Sin embargo, en este caso, una de esas máquinas acabó atrapando al joven por el brazo izquierdo, ocasionándole un «destrozo considerable» y estuvo a punto de apuntarle la extremidad. Le salvó otro compañero que tuvo capacidad de reacción y activó la parada de emergencia, comenta la familia.

A partir de ahí, se avisó a Emergencias Sanitarias 112, que remitieron una UVI móvil y los faculativos, tras atender al herido, lo enviaron al HUBU. Es el protocolo habitual, afirman en CCOO y UGT. Lo que no es tan habitual es lo que denuncia la familia, que asegura que hubo «desacuerdos» entre la mutua de Acciona y el HUBU que retrasaron la intervención del herido.

En el hospital entró a las siete de la mañana, afirma la familia, y «simplemente le graparon la herida y se la escayolaron». Luego esperaron a que la mutua decidiese qué pasos dar. Le mantuvieron en planta, incluso le dieron de comer; estuvieron pensando si trasladarlo en helicóptero a Madrid. «Todo nos pareció muy extraño», insiste la familia.

Y así fueron pasando las horas hasta que a las siete de la tarde los médicos del HUBU vieron que se le estaba gangrenando la mano y decidieron intervenirle. Empezaron la operación a las nueve de la noche y no terminaron hasta las cuatro de la madrugada. Han tenido que recomponerle todo el brazo, permanece en la URPA y es posible que tengan que volver a someterle a operación.

La familia afirma que, según las explicaciones que les ha dado el cirujano, si se hubiera actuado antes no se habría llegado a una situación tan extrema. Y es que el trabajador podría ahora perder la movilidad o incluso el brazo izquierdo, de ahí que la familia se haya puesto en manos de un abogado, porque quieren saber por qué no se actuó antes. «Se perdieron doce horas».

«Es demencial que pueda llegar a perder el brazo porque el gerente del HUBU no quiso asumir el coste o el riesgo de una operación compleja», lamentan. También, la falta de conocimiento sobre el funcionamiento de las máquinas con las que trabajaba habitualmente, pues si no llega a ser por su compañero habría acabado perdiendo el brazo en el momento del accidente.

Desde CCOO recuerdan que los médicos no tienen por qué esperar a ver qué dice la mutua si observa una situación grave. Se avisa al 112, se traslada al hospital y, allí, los médicos tienen que atender al herido. Y, luego, la Seguridad Social se encarga de pasarle el cargo a la mutua y, en el caso de detectarse falta de prevención o de medidas de protección, la Inspección impone el oportuno cargo.