Desarticulan un grupo criminal especializado en hurtos en comercios buscado en Burgos

Las investigaciones comenzaron en la Comisaría Provincial burgalesa a raíz de la interposición de una denuncia en el mes de octubre, en la que se manifestaba que el día 27 había sido sustraído un carro lleno de productos por valor de 842 euros de un establecimiento por un grupo organizado.

Los agentes, después de las pesquisas policiales llegaron a identificar plenamente a los integrantes, dos hombres y dos mujeres, procediendo a incluirlos en la base de datos de la Dirección General de la Policía, interesando la detención de los mismos- siéndolo uno en Soria-.

A los dos días, una policía fuera de servicio destinada en la Jefatura Superior de La Rioja se encontraba en un comercio de la Avenida Gran Vía de Logroño observó a un grupo formado por dos hombres y tres mujeres que podían estar perpetrando sustracciones en los comercios próximos.

En el lugar se personaron varias dotaciones policiales, procedieron a identificar a dichas personas y, tras comprobar que les constaba búsquedas y detenciones en vigor del Grupo de delincuencia Urbana de la Comisaría Provincial de Burgos, fueron detenidos por hurto y pertenencia a grupo delictivo organizado.

Además, los agentes también confirmaron que habían sustraído una caja fuerte de la oficina del comercio que contenía 250 euros, mientras los demás integrantes del grupo organizado distraían a las dependientas.

En el momento de la detención, los integrantes del grupo criminal portaban bolsas con diferentes efectos con su etiquetado de los que no pudieron aportar ticket de compra. Tras investigaciones posteriores, se pudo determinar que dicho efectos habían sido previamente sustraídos en otro comercio de la misma vía logroñesa.

Los detenidos formaban parte de un grupo criminal itinerante, con gran movilidad geográfica, como así lo demostraban las diferentes detenciones en otras provincias

A todos los arrestados les constaban múltiples antecedentes penales por hechos similares a los relatados en diferentes localidades del país, sumando más de veinte antecedentes entre todos los integrantes y constándoles por ello una requisitoria en vigor en Burgos.

El modus operandi consistía, básicamente, en visitar varios comercios de la ciudad a la que se desplazaban, entrando uno de los miembros del grupo y, con cualquier excusa, llamar la atención de los dependientes o encargados (muleta), consiguiendo distraerlos y hacerse con objetos de valor de los establecimientos.