Los trabajadores y vecinos de Burgos que se encontraban este jueves por la tarde en el centro comercial Ruta de la Plata de Burgos tardarán en olvidar la jornada del 19 de octubre tras haber sido desalojados por una amenaza de bomba. Afortunadamente, una falsa ... alarma, aunque los momentos de tensión vividos durante los primeros minutos serán difíciles de olvidar.
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El protocolo se activaba a las 19:15 horas, cuando la Policía Nacional recibía una llamada alertando de que había un objeto sospechoso en la fachada del centro comercial, muy cerca de la entrada. Tras confirmar que, efectivamente, una olla express se encontraba situada junto a los cuadros eléctricos del edificio, se ponía en marcha el protocolo de actuación. Así lo relata uno de los vigilantes de seguridad del centro comercial: «La Policía nos dijo que teníamos que desalojar el edificio y así hicimos. Gracias a Dios estamos todos bien, ha sido un pequeño susto y no sabemos lo que ocurrirá a partir de ahora», manifestaba.
Una vez desalojado el edificio y mientras esperaban la llegada de los Tedax, este vigilante relataba cómo se activó el protocolo: «Estaba en la planta baja. Se me acercó un Policía y me pregunto ¿Me puedes ayudar a desalojar, por favor? Y le dije sí por supuesto. Los niños sí que han empezado a llorar porque no entendían y a uno de ellos me he acercado y le he dicho, mira que esto es un juego, vamos a salir despacito para que no os perdáis de los papás. No se ha dado ningún aviso por megafonía ni nada y ha sido todo muy rápido, casi no nos ha dado tiempo ni a reaccionar. Ahora estamos a la espera de ver que nos dice el jefe de seguridad y lo importante es que no ha pasado nada de momento y que estamos todos bien. Que la gente esté tranquila y confíe en nosotros y la Policía».
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Alejandro Rodríguez
Dayana, una trabajadora del Burguen King, relataba así su experiencia sobre el desalojo: «Estábamos sacando un pedido cuando ha venido uno de los guardias de seguridad y ya hemos visto una familia corriendo. No entendíamos por qué, porque no había sonado ninguna alarma en el centro comercial y ya vino a decirnos gritando que desalojemos todo y que tenemos que salir», relata.
«Nosotros empezamos a avisar a los compañeros de que teníamos que salir y empezamos a salir. Queríamos coger chaquetas y apagar todo lo que había dentro de las cocinas pero no nos han dejado. Salimos, nos decían que no corriéramos pero nos decían que había amenaza de bomba», recuerda.
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«Ya saliendo con todo el resto de la gente no nos han dicho nada más, nos han puesto al frente nos han dicho que nos teníamos que desplazar más y ahora nos han vuelto a retrasar más de donde estábamos (perímetro)», explica Dayana. Por su parte, una vecina de Burgos que se encontraba en el centro comercial en el momento del desalojo asegura que se ha producido muy rápido y de forna «muy ordenada», aunque nadie les ha explicado por qué tenían que abandonar el edificio y no han sido conscientes del porqué hasta que estaban en la calle.
Después de más de tres horas de alarma y con la zona totalmente acordonada, los Tedax llegados de Valladolid confirmaban que se trataba de una falsa alarma. Reabrían el cordón de seguridad y los conductores que habían dejado estacionados sus vehículos dentro del perímetro podían por fin recogerlo y marcharse, al igual que los trabajadores que han entrado 23 horas de la noche a recoger sus enseres para dar por finalizada una jornada para no olvidar.
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