Los centros comerciales de Burgos reabren con «ilusión» y seguridad

Y se ha hecho con mucha normalidad, naturalidad e ilusión, reconoce Óscar Valdivielso, gerente de El Mirador, pues clientes y comerciantes ya tenían ganas de volver a verse. Se entra en una nueva normalidad en la que las mascarillas, los guantes y los geles hidroalcohólicos son imprescindibles, lo mismo que guardar las distancias de seguridad y seguir los itinerarios de entada y salida marcados en el suelo.

En El Mirador se han reforzado las labores de limpieza, desinfección y ventilación; se cuenta con dispensadores de gel hidroalcohólico, se han limitado los accesos para garantizar que se cumplen las medidas de seguridad, se ofrece guantes a los clientes... En el Centro Comercial el aforo es del 30% y en las tiendas, del 40%. Y en ellas también se pueden ver dispensadores de gel y guantes e itinerarios de acceso.

Ahora, no se puede ir mirando el móvil, hay que ir mirando al suelo y a lo que tenemos delante para seguir las flechas, que nos recuerdan por dónde tenemos que caminar y que guardemos los dos metros de seguridad. Es parte de la nueva normalidad, que se ve también en el Centro Comercial Camino de la Plata. Los accesos están diferenciados para entrada y salida y, en todos, se han instalado geles y expendedores de guantes.

También hay papeleras, muchas, sobre todo en el aparcamiento para que los clientes no dejen tirados los guantes por el suelo, apunta la gerente, Begoña García. Como en El Mirador, las zonas de descanso y de juegos infantiles siguen precintadas, y los aseos han reforzado su limpieza y desinfección. También se han marcado los itinerarios de acceso a las tiendas, dejando libres los desembarcos de las escaleras mecánicas, por ejemplo.

Y el control de aforo ahora es más exahustivo. Los datos se tienen inmediatamente y, en caso de acercarse al límite de aforo permitido, se activan las alertas y se restringirían los accesos para evitar superar eses aforo, explica García. El lunes ha empezado con actividad, con gente paseando por las tiendas, pero se espera que según vaya avanzando la semana haya más animación.

Eso sí, el objetivo en los centros comerciales para esta reapertura, casi reainauguración, es dar sensación de seguridad. De ahí que, por ejemplo, en El Corte Inglés de Parque Burgos los clientes se vayan a encontrar a la entrada con personal que les indica la obligación de echarse gel hidroalcohólico (las mascarillas también son obligatorias), además de darle la bienvenida.

Muy calurosa ha sido para los primeros clientes, pues en Parque Burgos solo ha permanecido abierto el Hipecor y, ahora con la fase 2 de la desescalada, se han abierto al completo todos los espacios de El Corte Inglés. Así, el personal ha recibido entre aplausos a los primeros clientes y, luego, se ha retomado la actividad con los condicionantes que impone la crisis sanitaria.

Además de señalización, carteles informativos, geles hidroalcohólicos, mamparas de seguridad, control de accesos o refuerzo de desinfección, en El Corte Inglés prestan mucha atención a la higienización de las prendas, explica Óscar Peñaranda, el director en Burgos. Se han habilitado probadores alternos y toda prenda que se prueba un cliente pasa por un doble sistema de desinfección: luz ultraviolenta y planchas de vapor.

Las planchas de vapor higienizan de manera inmediata y la luz ultraviolenta, en cámaras especialmente diseñadas para ello, actúa con un mayor número de prendas al mismo tiempo y las deja listas para el próximo cliente en 15 minutos. También se desinfectan las perchas y se han habilitado todo tipo de medidas de protección para el probado de prendas o calzado. Seguridad ante todo.