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El consumo de drogas en Burgos es un problema social, especialmente entre los más jóvenes, que preocupa a los vecinos de la capital. Para hacerle frente, el Ayuntamiento está a punto de aprobar su Plan de Drogodependencias que entrará en vigor el próximo año.
El vicealcalde y concejal responsable de Juventud del Consistorio, Fernando Martínez Acitores, asegura que con este programa quieren «es prevenir o reducir la problemática social, uso y abuso de drogas por parte de la población de Burgos», incluyendo los daños y consecuencias producidos al consumidor y a su entorno familiar y comunitario.
Y se hace «a través de diversas perspectivas que trabajan el problema en distintas áreas». Las memorias anuales que presenta el Ayuntamiento cada año recogen centenares de actividades encaminadas a conseguir este fin. Colegios públicos y concertados, asociaciones, colectivos sociales y particulares, desarrollan cada año los programas que propone el Área de Juventud municipal.
El borrador se encuentra en fase de consulta pública. Por el momento, sólo el PSOE y el Consejo de la Juventud han hecho alguna alegación al borrador; unas aportaciones que «se están evaluando ahora mismo», ha asegurado Acitores.
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Se trata de un plan «ambicioso» que no deja cabos sueltos porque analiza la situación en la ciudad y define los contextos para después estudiarlos: población, la situación de empleo, de educación, de pobreza, de renta familiar, la red asociacionista, la red asociativa, los recursos de la acción municipal y los recursos para drogas y conductas.
El borrador del plan describe también las conductas adictivas, establece un diagnóstico de consumos «por tipo de sustancias, el alcohol, el tabaco, cannabis, cocaína, heroína, nuevas sustancias, policonsumos…», recuerda Acitores.
El plan establece siete áreas de intervención, desde el ámbito de prevención, el ámbito educativo, el familiar, laboral, comunitario, el área de asistencia y el de incorporación social. Y como gran objetivo se encuentra prevenir, reducir y erradicar, en el fondo, el consumo de drogas en Burgos.
Y es mucho más amplio el elenco de objetivos específicos. Como disminuir los factores de riesgo, reducir los riesgos y daños sanitarios, garantizar la asistencia a personas, promover actuaciones preventivas, promover la formación que permita potenciar o reducir los factores de riesgo.
Además, persigue promover estilos de vida más saludable, ofrecer asistencia personalizada, realizar estudios e investigaciones y potenciar la participación de la comunidad.
El plan no es un proyecto aislado. Nace de la experiencia y de la cooperación «con otras administraciones y organizaciones». Burgos cuenta con una sana red red asociativa y de recursos; así, el Ayuntamiento tiene convenios con Candeal Proyecto Hombre; Arbu; Aclap, Juan Soñador y con Asociación contra el Cáncer. Esto le permite a los redactores del plan «ajustarse a la realidad» de un fenómeno que tiene patrones de consumo diferentes a los de otras décadas.
Y se fija también en otras realidades cercanas de otras ciudades que han contado o cuentan con una herramienta como la de Burgos, así como los resultados reflejados en las memorias de años anteriores que permiten dibujar la situación actual y la futura conforme a eses patrones.
El Ayuntamiento de Burgos trabaja desde 1997 con estas herramientas que renueva cada cierto tiempo porque el curso de los acontecimientos va más deprisa que las normativas y los proyectos.
Las sucesivas memorias y el trabajo de campo de los profesionales han permitido establecer un mapa por edades y por sustancias de consumo muy pegado a la realidad.
Alcohol, tabaco y cannabis son, por este orden, las drogas a las que acceden los jóvenes y adolescentes burgaleses con una edad más temprana. Destaca el consumo de alcohol que en Burgos está en el 65,8% de los jóvenes, mientras que en España en el 73,9% el tabaco en Burgos es el 36,8% y en España, el 38,2% y el cannabis, en Burgos, el 23,7% y en España, el 28,6%.
En el resto de drogas, como hipnosedantes, cocaína o en éxtasis, anfetaminas, alucinógenos, inhalables volátiles o metanfetamina, el consumo es mucho menor, aunque en sustancias duras, como cocaína y éxtasis, Burgos está por encima de la media nacional.
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