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La asociación de atención y ayuda a personas migrantes, Burgos Acoge, celebra este 2023 su trigésimo aniversario con más de 20.000 personas atendidas y la firme convicción de continuar con los mismos objetivos con los que nació en 1993. «La acogida, en el sentido más amplio del término, el apoyo a las personas migrantes y la sensibilización a la sociedad», define en pocas palabras el secretario de Burgos Acoge, Feliciano González, los retos que se marcan a corto y largo plazo.
Burgos Acoge surgió a partir de un grupo de personas que, sensibilizadas ante el hecho migratorio y preocupadas por las condiciones de acogida de las personas que llegaban a la ciudad, comenzaron a reunirse. «Se dieron cuenta de que esto no iba a ser un fenómeno coyuntural, de un momento, sino que iba a ser estructural e iba a plantear muchos desafíos», explica González en declaraciones a la agencia Ical.
Con esto en mente, comenzaron a organizarse y se pusieron en contacto con otros Acoge que empezaban a nacer en el país. Nació así una asociación de voluntarios, que en un principio ofrecía un primer servicio de asesoría jurídica, y con el tiempo la asociación empezó a «rodar». «Se captaron recursos, se empezó a organizar y profesionalizar más el trabajo, para ser más rigurosos y serios en el trabajo», continúa.
Con el paso del tiempo fue creciendo, para responder a las «situaciones cambiantes». «Ha sido una de las grandes virtudes, porque el fenómeno migratorio ha variado mucho a lo largo de los años y estamos moderadamente satisfechos porque creemos que sí se han logrado algunos de los objetivos fundamentales», celebra el secretario de la asociación.
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«Burgos Acoge es hoy una sociedad mucho más abierta y diversa de lo que era al principio. No hay conflictos ni desajustes significativos y eso es un mérito de toda la comunidad», afirman. En este punto, explican que a lo largo de estos treinta años se pueden distinguir cuatro momentos diferentes en la evolución del fenómeno migratorio en la ciudad.
En un primer momento, la llegada de migrantes a la ciudad puso de manifiesto una «nueva situación» en la que la asociación prestó apoyos concretos de asesoría y orientación. Tras esto, llegó un momento de «consolidación», tal y como recuerda González. «Ya no es circunstancial, sino que empieza a ser un fenómeno más potente», añade. Es entonces cuando empiezan a surgir las «primeras manifestaciones de rechazo, xenofobia y racismo», y desde la asociación se llevó a cabo un trabajo de «sensibilización, información y denuncia ante el conjunto de la sociedad.
Un tercer momento llegó durante la crisis económica de 2008, en la que se dieron «nuevos problemas». «Gente que había llegado, se había asentado y llevaba años, se quedaba sin trabajo, porque al aumentar el desempleo, es a los primeros que afectan este tipo de problemas», indica Feliciano González, que explica que es entonces cuando aparecen una serie de problemas de «apoyo social». Un último momento es el «fenómeno de refugio», con personas que demandan protección internacional. «
Otra nueva situación a la que también nos tenemos que adaptar y tenemos que dar respuesta», afirma. A esto se suma una nueva situación de la que están empezando a hablar «tímidamente» pero que a medio plazo tendrán que plantearse, y es el «trabajo con las segundas generaciones».
Hace referencia así a aquellos hijos de migrantes que han nacido en Burgos o llegaron a la ciudad siendo muy pequeños, y pese a ser burgaleses «se les sigue viendo diferente porque pertenecen a determinado lugar». Desde Burgos Acoge explican que pese a haber nacido en la ciudad, en algunas ocasiones tienen problemas para adaptarse, y «la experiencia de otros países con más tradición de inmigración les dice que seguirá siendo así». «El que ha nacido aquí no va a aceptar ciertas exclusiones que tal vez los que llegaron sí que las aceptaron, y eso genera otro problema y otro tipo de conflicto, y tensiones que hay que aprender a manejar también», apunta el secretario de la asociación.
En relación a si Burgos es una ciudad que se elige como destino, desde Burgos Acoge explican que junto a Valladolid y Segovia, es una de las ciudades de Castilla y León donde más inmigrantes hay. «No es un destino especialmente que elijan», explica la trabajadora social y coordinadora de Intervención de Burgos Acoge, Nuria Revilla, aunque señala que hay diversos motivos que les llevan a elegir Burgos, como el conocer a alguien o las condiciones de empleo que hay en la ciudad. «Burgos demuestra que hay una calidad de vida muy digna y eso se corre», añade.
En este sentido, explican que en 2022 casi el 70 por ciento de las personas que atendieron provenían de Latinoamérica, y además ha habido un «repunte» en la llegada de marroquíes. «El primera país que atendimos en 2022 fue Colombia, casi el 30 por ciento de las personas, luego Marruecos, Venezuela, Ecuador, Perú y República Dominicana», explica Revilla, aunque señala que en el padrón se puede ver que la mayor parte de personas que llegan a la ciudad son de Rumanía o Bulgaria, sin embargo es una población que lleva «mucho tiempo asentada en Burgos y no necesitan una atención como puede ser la población latinoamericana o subsahariana». Desde Burgos Acoge explican también que no solo llegan a Burgos familias, también personas solas que se han visto obligadas a dejar atrás a sus familias. «Hemos tenido casos muy duros, sobre todo cuando hay menores», explica.
Asimismo, explica que la «máxima dificultad» que tienen ahora en Burgos es la búsqueda de vivienda, que afecta a una «parte importante» de las personas migrantes. «Ya hay un problema para los autóctonos, con lo cual las personas migrantes lo tienen mucho más complicado», indica Revilla, que señala que es un tema en el que hay «mucho trabajo por hacer». «Ahora mismo hay unos requisitos en el mercado inmobiliario totalmente inaccesibles para muchas personas, pero especialmente para la población migrante», apunta al respecto.
Otro de los grandes temas en los que consideran que deben estar «pendientes siempre» son los «brotes de rechazo» que surgen hacia las personas migrantes. «Hay que estar trabajando constantemente en la sensibilización», explica González. Por un lado, el trabajo se centra en hacer un análisis para ofrecer «informaciones rigurosas» porque tal y como explican desde la asociación, «circulan muchos bulos e informaciones falseadas».
«En cuanto hay un problema de cualquier tipo, rápidamente aparecen los estereotipos y hay que estar muy atentos para combatirlos, de manera seria y rigurosa, pero no buenista. El fenómeno migratorio en sí mismo no es un problema , pero la dinámica en la que estamos tiene muchos problemas y el fenómeno migratorio forma parte de todos ellos«, explican ambos representantes de Burgos Acoge.
Al hilo de esto, Revilla explica que el miedo «viene del desconocimiento», y por ello la asociación tiene que «estar ahí y combatir los bulos a través de información real». «La diversidad es una realidad enriquecedora, pero cuesta asimilarla», apunta Feliciano González.
«Nuestra vocación es tener la consistencia y la estabilidad suficiente para dar consistencia a la problemática a la que nos enfrentamos», indica el secretario, que el objetivo a medio y largo plazo de la asociación más que «crecer como entidad» es «estar presentes en redes y espacios de coordinación» y contribuir en la labor que llevan realizando desde hace tres décadas.
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