La banda sonora de Burgos cumple 32 años

«La banda se originó como una propuesta del pueblo, no de las instituciones, ante la necesidad de que no había una banda de música civil, sólo había una militar en Burgos», explica Eugenio Núñez, el presidente de Impulso Musical, sobre la banda. La agrupación Ciudad de Burgos surgió a partir de «músicos del conservatorio y personas amantes de la música que decidieron juntarse y crearla».

Actualmente, la banda Ciudad de Burgos participa en «todas las fiestas de la ciudad». Por ejemplo, en las procesiones de Semana Santa, en la del Corpus Christi, en la Noche Blanca, en la Ofrenda de Sampedros, el pregón, la feria taurina... La agrupación es ya una «parte imprescindible» de la cultura burgalesa.

Además, está ligada al Ayuntamiento, «su principal valedor», pero mantiene el carácter cultural y está «abierta» a todo aquel amante de la música, recuerda Núñez. Y ya son 500 los socios que, abonando sus doce euros anuales de cuota, abogan por la música en directo y local de esta banda, aunque animan a cualquier interesado que se una a ellos.

Una sección de doce clarinetes, siete flautas, 18 saxofones, cinco fagotes, cuatro tubas, dos bombardinos, tres trompas, cinco trombones, ocho trompetas y seis percusionistas. Todos estos músicos, con sus instrumentos y junto a su director, Fernando Castelló, forman la banda Ciudad de Burgos. «La plantilla ahora está muy completa», confiesa el director mallorquín, que llegó a Burgos en mayo del año pasado.

Sin embargo, no tienen todos los instrumentos que deberían para formar una banda sinfónica, aunque están muy satisfechos con los que son y su trabajo. «Nos falta cuerda frotada para ser sinfónica, violonchelos y contrabajos, pero de momento no es nuestra prioridad, porque la banda tiene mucha actividad en la calle y esos instrumentos en la calle no se pueden usar y no pueden desfilar», apunta Núñez.

De hecho, el presidente reconoce que, actualmente, «la banda está muy compensada, yo no la recuerdo así antes. Siempre ha faltado algún instrumento». Además, recuerda que en el último año han crecido. «Tenemos que dar las gracias al Conservatorio de la Junta porque es nuestra principal cantera. Muchas de las personas que están estudiando o que han terminado estudios allí luego vienen a tocar a la banda».

Respecto a sus integrantes, el grupo es «muy variopinto. Hay personas mayores, más jóvenes, hombres, mujeres, profesionales de la música y también amateur...», detalla el presidente. En cuanto a edades, hay músicos de doce años y algún componente de la banda supera los 80, según comenta Castelló. «Los mayores llevan muchos años y algunos son fundadores de la banda», explica Núñez. Sin embargo, a pesar de sus casi 80 integrantes, tanto el director como el presidente no dudan en afirmar que «siempre estamos abiertos» a nuevas incorporaciones.

Además, actualmente cuentan con el apoyo de dos coros, ya que la coral de Impulso Musical desapareció hace tiempo. «Colaboramos con el coro de la Universidad y con el coro de cámara de Vadillos», explica Núñez. Ellos, como agrupaciones y también de la mano de solistas, ayudan a que las piezas tocadas por la banda queden más lucidas.

La banda Ciudad de Burgos ensaya en la Escuela Municipal de Música, que pertenece al Ayuntamiento y se sitúa detrás del monasterio de San Juan. Sin embargo, al ser tantos, a veces tienen «problemas con las instalaciones, porque la sala de ensayos no es muy grande y llega un momento en el que no cabemos más», señala Núñez.

Esta banda, que comparte lugar de ensayo con los alumnos de la Escuela, ensaya dos veces por semana: los lunes y los miércoles. Un día de los dos practican en una sala pequeña; mientras que otro día utilizan la estancia Salvador Vega, más grande y espaciosa y con butacas para los visitantes. A pesar de estos «problemas de capacidad», Núñez y Castelló se muestran agradecidos por el espacio prestado en un lugar tan emblemático para la ciudad y que está «ideado para la música».

En un concierto de la banda Ciudad de Burgos, el espectador puede encontrarse con un repertorio muy variado. «Intentamos hacer una programación bastante completa dentro de lo que es un programa para banda. Me gusta tirar por compositores españoles», confiesa Castelló, su director. Sin embargo, también incluyen en su repertorio obras de compositores internacionales y de zarzuela.

Además, para mayo intentarán realizar un concierto de bandas sonoras y, de cara a verano, Castelló se centrará más en un programa que incluya canciones de musicales. «Lo único que no hemos hecho este año es repertorio sinfónico», comenta, aunque sí tiene su espacio en el concierto de San Lesmes del domingo 28 de enero.

Ciudad de Burgos es, prácticamente, la banda sonora de la ciudad. Sin embargo, este año viajarán, durante el segundo fin de semana de julio, a Granada. Allí realizarán un intercambio con la asociación Amigos de Dúrcal e interpretarán un concierto de forma conjunta. A la hora de prepararlo, los dos directores se han puesto de acuerdo y ambas agrupaciones sólo ensayarán el día del concierto, antes de subir al escenario.

Además, la asociación Amigos de Dúrcal devolverán la visita a la agrupación burgalesa, aunque aún no tienen clara la fecha, que podrá ser a finales de este año o a principios de 2025. Planean preparar «algo especial» para esta fecha.

Por otro lado, la asociación Impulso Musical ha organizado una actividad novedosa: un curso de director de orquesta. Este se llevará a cabo del 24 al 26 de mayo, y lo impartirá el director español Miguel Romea, que también ha trabajado en el plano musical internacional.

Impulso Musical ha planificado diez plazas, aunque dispondrá de algunas más para personas que sólo participen en la formación como oyentes. Los precios son de 280 euros, aunque los músicos federados en alguna banda de Castilla y León podrán apuntarse con un precio reducido de 220 euros.