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Una vez completados todos los grandes trabajos de restauración a los que se ha sometido en las últimas décadas la Catedral de Burgos, toca centrar el foco en otras cuestiones destinadas, según defiende el deán, Félix José Castro, en «mejorar lo que ya tenemos» y ... potenciar el atractivo de un templo que es «insignia» de toda una ciudad.
Y no son pocos los proyectos sobre la mesa. Algunos, como la puesta en marcha de la nueva iluminación es «cuestión de días». Se trata de una iniciativa impulsada tiempo atrás por el Ayuntamiento que se ha prolongado durante algo más de tiempo de lo inicialmente previsto, pero que ya ha culminado. De hecho, en las últimas semanas se han llevado a cabo ya numerosas pruebas y los resultados, según Castro, han sido «espectaculares». En total, el Consistorio ha invertido 838.000 euros para renovar todos y cada uno de los puntos de luz exteriores del templo, dotando al conjunto de una iluminación con todos cálidos que pretende centrar la atención sobre los puntos con mayor interés histórico. Una propuesta que, a juicio del deán, permitirá aumentar el ya enorme atractivo exterior del templo.
La puesta en servicio de la nueva iluminación será el primero de los grandes proyectos en completarse este año, pero Castro confía en que no sea el único. A este respecto, el Cabildo aún está a la espera de la entrega de las nuevas puertas encargadas al artista Antonio López. Unas puertas que, a pesar de la polémica que han suscitado desde que se anunció el proyecto, generan una enorme «ilusión» en el seno del Cabildo, toda vez que consideran que aportará un nuevo valor «a un templo vivo y abierto» como es la Catedral.
En este sentido, Castro quiere poner distancia con las polémicas. «Sería una pena que no se pudieran colocar en el lugar para el que están pensadas», pero, evidentemente, «no se hará nada sin el permiso expreso de las autoridades competentes». Esto es, que si Icomos y Patrimonio finalmente rechazan su instalación en la fachada de Santa María, no se colocarán allí. Sea como fuere, Casto confía en que Antonio López «entregue las puertas este año».
Algo más se tendrá que esperar, al menos a priori, para ver completado el otro gran proyecto actualmente en marcha en la Seo, como es la restauración de las vidrieras de la capilla del Condestable. Unas vidrieras cuya riqueza histórico artística está fuera de toda duda, pero que fueron hechas pedazos en 1813 como consecuencia de la voladura del Castillo por parte de las tropas de Napoleón en su huida de la ciudad ante el avance del ejército aliado. En este sentido, subraya Castro, los responsables de la Catedral tuvieron entonces la «previsión» necesaria para recuperar los restos, que han sobrevivido hasta hoy. Eso, subraya, es lo que ha permitido que se plantee su restauración integral, un proyecto comprometido por el Ministerio de Cultura que ya ha dado sus primeros pasos.
Ahora mismo, explica el deán, los técnicos están analizando los restos para redactar el proyecto material de restauración, que se llevará a cabo con posterioridad. En principio, se confía en que las vidrieras puedan colocarse en su lugar en el plazo de «dos años o dos años y medio», permitiendo recuperar la imagen original de la que, por otro lado, se conoce como la «capilla de la luz».
También está sobre la mesa de trabajo la posible -y necesaria- restauración del sepulcro de Fuente Pelayo ubicado en la capilla de Santa Ana. Se trata de una talla pétrea que sufre «el mismo problema» de conservación que tenía el trasaltar, último de los grandes elementos en ser restaurados en el templo, el cual continúa monitorizándose. En este caso, se trata de una intervención de menor calado, pero que habrá que abordar en algún momento, y Castro confía en que el proyecto pueda lanzarse este mismo año.
A partir de ahí, y más allá de otras actuaciones menores, casi del día a día, el objetivo que se marca el Cabildo pasa por impulsar la «dimensión cultural» de la Catedral, sin olvidar que se trata de «un templo católico» y que, como tal, todas las actividades que se desarrollen han de convivir con el culto y la fe. A día de hoy, esa convivencia es «sencilla», asegura Castro, quien insiste, no obstante, en la necesidad de mantener ese equilibrio y no perder la perspectiva.
En todo caso, sobre la mesa de trabajo ya se han colocado actividades como la organización de nuevas exposiciones en la sala Valentín Palencia, la organización de sendos ciclos de música sacra de primer nivel, el mantenimiento del ciclo de los Diálogos en la Catedral y del programa de matemáticas.
Todo ello con la idea de continuar poniendo en valor todos y cada uno de los recursos de un templo que trasciende más allá de la fe. «Todos entendemos lo que significa la Catedral para la ciudad. Es la imagen de Burgos», resume Castro.
La última reforma abordada en la Llana de Afuera ha dado una nueva imagen al entorno, y ha motivado que el Cabildo de la Catedral se plantee de nuevo la posible apertura de la puerta de Pellejería, o al menos de la verja que la separa de la propia Llana.
En este sentido, el deán de la Catedral reconoce que la apertura de la propia puerta «se ha planteado en varias ocasiones», pero por el momento se ha descartado por cuestiones «logísticas». «La Catedral ya tiene dos accesos, como son el Sarmental y Santa María, y abrir una tercera puerta no sería conveniente», ya que complicaría el control de accesos. Eso no obsta para que, en un momento dado, se pueda abrir la verja que cierra el espacio anexo, que debe ser «puesto en valor», según Castro.
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