El Pleno del Ayuntamiento de Burgos ha aprobado hoy de manera provisional las nuevas ordenanzas de Terrazas y de Movilidad. Dos ordenanzas que pretenden modificar sustancialmente dos cuestiones que afectan directamente al día a día de la ciudad y mediante las que se pretende avanzar ... en la regulación y el equilibrio de los intereses de todos los colectivos implicados, que no son pocos.
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Así, la nueva ordenanza de Terrazas se ha planteado para sustituir a la aprobada hace ahora siete años, la cual ha sido objeto de numerosas polémicas desde su puesta en marcha. En suma, el nuevo texto, que ha sido aprobado por unanimidad de todos los grupos municipales, persigue dos grandes objetivos: mejorar la movilidad en las zonas peatonales y ordenar mejor los criterios de implantación de las terrazas.
En este sentido, los portavoces de todos los grupos han insistido en la necesidad de garantizar el protagonismo de los peatones, estableciendo criterios más claros y restrictivos a la implantación de terrazas. Sin duda, uno de los grandes cambios que se propone con la nueva ordenanza pasa por la eliminación de los cerramientos fijos, que durante varios años proliferaron en diferentes espacios de la ciduad, fundamentalmente el centro histórico.
A partir de ahí, también se pretende dotar de una mayor homogeneidad a la imagen de las terrazas en función de la zona en la que se encuentren, evitando situaciones como las que se pueden observar hoy en día en cualquier punto en el que confluyen varios veladores. Además, el nuevo texto establece que el cálculo de las tarifas se realizará en función de los metros cuadrados de espacio público ocupados, y no por el número de mesas, como venía sucediendo hasta ahora. Eso sí, una vez aprobado el expediente de manera inicial, queda por delante la modificación de la ordenanza fiscal que establecerá en un futuro dichas tarifas.
Con todo, y a la vista de la complejidad del ámbito de actuación de la ordenanza, los grupos municipales han acordado ampliar el plazo de exposición pública, que habitualmente es de un mes, para que se puedan presentar alegaciones durante dos meses. Esa misma decisión se ha tomado a respecto a la nueva ordenanza de Movilidad, que ha salido adelante de manera inicial con los votos a favor de PP, PSOE y los concejales no adscritos Silvia Álvarez de Eulate y Fernando Gómez y las abstenciones de Imagina Burgos, Ciudadanos y los no adscritos Raúl Salinero y Blanca Guinea.
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En este caso, la elaboración del nuevo texto ha sido aún más compleja, como demuestra el hecho de que se lleva trabajando en el documento desde hace casi dos años. Dos años en los que las reuniones entre corporativos, técnicos, responsables de movilidad y colectivos ciudadanos ha sido constante. Fruto de esas reuniones se ha redactado un documento que, a juicio del alcalde, Javier Lacalle, es «muy completo» y está «muy bien trabajado».
En este sentido, la nueva ordenanza aborda numerosos aspectos, incluida una nueva regulación para la circulación de bicicletas, que solo podrán transitar por la calzada, los carriles bici y las zonas peatonales compartidas, cuya selección dependerá del Ejecutivo local. También se modifican otros aspectos, como la gestión de los vados, la Zona Azul, el servicio de préstamo de bicicletas Bicibur, las zonas de carga y descarga o el control de los accesos al centro histórico.
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Sin embargo, algunas cuestiones sobre las que se venía trabajando hasta ahora han quedado fuera del texto aprobado inicialmente. Sin duda, la que más llama la atención es la vinculada a la limitación de la circulación a 30 km/h en las vías de un carril por sentido. A este respecto, por el momento solo se han incluido en esta medida las vías de un único sentido, pero tanto el PSOE, como Imagina Burgos y el concejal no adscrito Raúl Salinero han reclamado que dicha medida se amplíe también a las calles con dos sentidos y un único carril por cada uno.
Más críticos se han mostrado a respecto de la ordenanza desde Ciudadanos, que desde hace tiempo la vienen tachando de «farragosa», de «difícil ejecución» y poco ambiciosa. Aún así, los tres concejales de la formación naranja se han abstenido en la votación.
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Sea como fuere, el propio alcalde, Javier Lacalle, ha confiado en que el texto se mejore durante la fase de exposición pública, ya que «hay aspectos que pueden ser mejorables o se pueden completar». En todo caso, Lacalle espera que la tramitación de las dos nuevas ordenanzas se desarrolle con normalidad y puedan aprobarse definitivamente -y entrar en vigor- antes de que finalice la legislatura.
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