La posible subida de aguas incrementaría un 18 % la factura mensual

Lo que sí ha admitido Martínez-Acitores, presidente de la sociedad pero que ha declinado recibir las dietas correspondientes, es que se ha hablado de la posibilidad de incrementar esta tarifa, puesto que la Sociedad de Aguas entraría en pérdidas a finales de 2023 a pesar de ser una «sociedad saneada». Actualmente, cuentan con unos seis millones de euros, pero esta cantidad sólo serviría para cubrir el 82 % de los costes de este año.

El precio de la tarifa de agua en Burgos no se actualiza desde 2014. Desde entonces, en la sociedad siempre se habían cubierto los gastos con beneficios, hasta este año. Por eso los servicios técnicos de la sociedad han planteado una subida que consideran «necesaria» para amortizar las instalaciones, el coste de los contratos y mantener la calidad del agua., dado que la de Burgos es una de las mejores de España.

En concreto, y según la subida del IPC de hace casi diez años, las tarifas subirían «un 18 % aproximadamente». Martínez-Acitores ha explicado que «casi casi que se ha ido reduciendo la tasa» y que, en un recibo medio, el coste aumentaría entre uno y 1,5 euros al mes. Sin embargo, ha reiterado que el coste seguiría siendo inferior a la media de otras ciudades españolas.

El vicealcalde ha señalado también que desconoce por qué no se ha subido la tarifa en casi diez años, pero ha reiterado que la idea de su Gobierno es «no aumentar la presión fiscal en la medida de lo posible». «Si podemos no subirla, no la subimos, y si hay que subirla, lo mínimo posible» y de forma justificada.

Martínez-Acitores ha aseverado que la subida no está aún concretada, pero habla de que los técnicos «nos tienen que convencer más en serio y hacer un planteamiento de cuándo y cómo» sería esta subida.

Asimismo, el vicealcalde ha comentado la posibilidad de que las industrias queden exentas de esta subida. «Igual a las industrias no se les aplica el incremento o se verá dónde se aplican las bonificaciones o a qué tipo de industrias». Aunque ha afirmado que «a las industrias les interesa más la calidad del agua que el precio».