Riego más eficaz y abonos orgánicos, retos del nuevo contrato de parques y jardines de Burgos

El contrato de parques y jardines de Burgos es uno de los más cuantiosos para el Consistorio. Es la base para mantener una buena estructura verde de la ciudad y consiste en el mantenimiento y mejora de la infraestructura verde. Sale por 34.883.106,95 euros y cinco años de plazo.

Son abundantes los trabajos que incluye el contrato y también son amplías las zonas en las que se intervendrá. El riego, por ejemplo, es una de las novedades a abordar, buscan que sea más eficaz, provocar menos estrés hídrico a las plantas y, además, se optará por abonos orgánicos.

Además, incluye otras labores como actuaciones en suelo urbano de titularidad pública municipal, es decir, en jardines, jardineras, praderas de todo tipo, arbolado, alcorques y solares en suelo urbano, o sea, todo el tratamiento sobre vegetación del suelo de titularidad municipal y otros en los que la competencia del mantenimiento de la vegetación le corresponda al Ayuntamiento de Burgos.

También se va a hacer hincapié en toda la vegetación por encima del cauce de aguas bajas de los tramos urbanos del río Arlanzón (desde el puente de Capiscol hasta la pasarela de la Milanera) y Vena (aguas abajo del puente de la calle Treinta de enero de 1964).

Están previstas las actuaciones sobre la vegetación forestal en suelos rústicos o urbanizables de titularidad municipal, incluyendo zonas urbanas. La vegetación, su conservación y mejora, en los polígonos industriales del término municipal también tienen un apartado especial.

Uno de los objetivos que se marca el Ayuntamiento con este nuevo plan es «organizar, realizar y programar la labor de riego con la mayor eficacia, maximizando todos los sistemas y utilizando las técnicas de riego de forma óptima», para ello se va a adecuar el volumen de agua a las necesidades de los vegetales, evitando situaciones de estrés hídrico.

Con respecto al abonado, se quiere regular «el uso de abonos químicos con el fin de compensar carencias del suelo o para recuperar extracciones y pérdidas por mineralización o lixiviación».

Y se va a priorizar el uso de abonos orgánicos, o enmiendas adaptadas a una gestión medioambiental sostenible, con el fin de mantener los suelos mejor estructurados y potenciando su fertilidad.

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