Javier Lacalle dice adiós a la política municipal

Lacalle, afiliado desde muy joven a Nuevas Generaciones, entró en la política municipal en 1995 de la mano de Valentín Niño, que le cedió la responsabilidad de la Concejalía de Juventud. Tras cuatro años en el Gobierno municipal, la pérdida de la Alcaldía en favor del socialista Ángel Olivares en 1999 le llevó a Valladolid, donde asumió la responsabilidad de la Dirección General de Juventud.

Aquella experiencia le afianzó en el partido, tanto en Burgos como en Castilla y León, y Juan Carlos Aparicio decidió cederle un puesto de gran responsabilidad en las elecciones de 2003, a las que el PP se presentó con Lacalle como segundo de la lista. Esta circunstancia, de hecho, derivó en una enorme asunción de poderes, ya que además de gestionar carteras de máxima importancia, como Fomento, Lacalle tuvo que echarse parte del peso del Grupo Municipal Popular a las espaldas debido a la doble condición de diputado nacional de Aparicio.

Esa historia se repitió en la legislatura 2007-2011, en la que Lacalle ya era uno de los grandes referentes del partido en Burgos y portavoz del grupo municipal. De ahí a encabezar la lista al Ayuntamiento, sólo había un paso, que acabó fraguándose en 2011, cuando Lacalle le 'ganó la batalla' a otros posibles candidatos.

En aquellas elecciones, el PP consiguió una nueva mayoría absoluta que le facilitó la gestión, pero la incidencia de la crisis supuso un gran escollo. A mayores, durante esa legislatura tuvo que lidiar con la herida abierta en Gamonal a raíz del infructuoso proyecto del Bulevar de la calle Vitoria. El propio Lacalle ha reconocido en varias ocasiones que aquellos días fueron quizá los más complicados de su vida política.

A pesar de la crispación generada, Lacalle volvió a liderar la lista en las elecciones de 2015. Y las volvió a ganar, aunque con un resultado mucho más exiguo que hasta entonces, lo que obligó al PP a gobernar en minoría, buscando acuerdos puntuales con Cs primero y el PSOE después.

La historia, sin embargo, reservaría un giro drástico en 2019. Tras ocho años como alcalde, y muchas dudas en torno a su continuidad, Lacalle volvió a liderar la candidatura del PP, que esta vez cayó ampliamente derrotado y tras cuatro legislaturas en diferentes ámbitos del Gobierno municipal, Lacalle se convirtió en el portavoz del principal grupo de la oposición.

Eso sí, paralelamente, el exalcalde, actual secretario del PP de Burgos, se había reservado un puesto en la lista de salida al Senado, lo que le facilitaba una alternativa más allá de la vida municipal. Y a ella se dedicará en exclusiva a partir de ahora.

Su relevo al frente del grupo municipal lo asumirá Carolina Blasco, que en los últimos años se ha erigido como una de sus colaboras más estrechas. De hecho, durante la segunda mitad de la legislatura pasada, Blasco fue portavoz del equipo de Gobierno y su nombre llegó a estar sobre la mesa ante un eventual cambio de candidato.

En principio, la renuncia de Lacalle abrirá las puertas del Ayuntamiento a Andrea Ballesteros, actual presidenta de Nuevas Generaciones de Burgos.