Comercio se da una semana para valorar qué hacer con los bonos sin vender en gimnasios y hostelería

La concejal Rosa Niño confía en que los burgaleses se animen y, con la vista puesta en las celebraciones navideñas (comidas y cenas de empresa, de amigos y familia), agoten los 112.500 bonos que se consignaron para hostelería. Hay tiempo suficiente para canjearlos, pues esa fue la intención cuando se acordó ampliar los plazos. Aun así, son muchos los bonos pendientes.

También han quedado sin vender 1.064 bonos de gimnasios. En este caso, el plazo de canjeo acabó el pasado 20 de octubre. De los 15.000 puestos a la venta, se vendieron 13.936 y, de ellos, han quejado sin gastar 465. Como los bonos no se devuelven, ese dinero queda en las arcas municipales, pero Comercio querría hacer algo con los más de 1.000 que no se han vendido.

Niño insiste en que sin saber cómo va a acabar la campaña de hostelería no se puede tomar una decisión sobre los bonos pendientes en gimnasios. De ahí que vayan a intenta dar un empujón esta semana y, a partir de ahí, ver qué decisiones se toman. Se busca que la partida municipal consignada se pueda gastar en su totalidad, pues es una inyección económica importante para la ciudad.

El Ayuntamiento reservó 2 millones de euros, repartidos entre comercio, hostelería y gimnasios. Los 350.000 bonos de comercio se vendieron en pocos días, así que se suplementaron con otros 60.000 de gimnasios De este modo, en gimnasios se quedaron 15.000 y a hostelería se destinaron 112.500. Todo lo que no se venda o canjee se queda en las arcas municipales.

Por ese motivo la concejala lamenta también que en comercio hayan quedado sin canjear 2.308 de los 410.000 bonos vendidos. No saben el motivo, aunque todo apunta a despistes de los clientes, aunque habrá algún caso en el que hayan sido los establecimientos los que no hayan canjeado los bonos. Suponen casi 14.000 euros de dinero municipal no usado y otros 9.000 de los clientes.

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