El Ayuntamiento no descarta pedir responsabilidades por los errores del proyecto de Villatoro

El concejal de Urbanismo, Daniel Garabito, ha explicado que una vez rescindido el contrato se ha requerido al equipo redactor la revisión del proyecto, que data de 2015. Se ha contado con el apoyo de la consultoría contratada para certificar que las soluciones planteadas son efectivas, pues ellos han dado soporte a los errores detectados por la adjudicataria de las obras.

En el Ayuntamiento esperan que esas deficiencias se subsanen «lo antes posible», así que esperan que el proyecto modificado pueda estar listo este febrero y ya para marzo. A partir de ahí se tienen que volver a licitar las obras, para lo cual, se trabaja ya en los nuevos pliegos. «Son muy sencillos de modificar», insiste Garabito, y el objetivo es que sean lo más flexibles posible.

La razón no es otra que el tipo de intervención que se tiene que acometer, que afecta al cauce del arroyo de Villatoro, por lo que no se puede actuar en cualquier momento del año. Es la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) la que determina los periodos durante los que se puede trabajar, y el pliego debe ser lo suficientemente flexible como para evitar problemas futuros.

Garabito explica que la intención municipal es poder tener adjudicadas de nuevo las obras este año. De hecho, la partida presupuestaria se va a incluir en la modificación de crédito que hay intención de aprobar antes de Semana Santa. Con los nuevos pliegos redactados y esa partida hay luz verde para sacar a contratación las obras. Y, a partir de ahí, lo que se tarde en adjudicar.

El concejal de Urbanismo destaca el compromiso de la empresa para revisar el proyecto, sin coste alguno para el Ayuntamiento, y admite que no se descarta que se pidan responsabilidades. «Si procede» se buscaría «depurar responsabilidades», pues los errores han tenido importantes consecuencias. Eso sí, es una cuestión administrativa, que dependerá de lo que indiquen los técnicos.

Por otra parte, van a asegurar la cobertura necesaria para la consultora contratada. Mientras el contrato de obras se ha rescindido, el de la consultoría sigue vigente. «Es lo más complejo», recuerda Garabito, pues su labor era vigilar que las obras a acometer realmente cumplían el objetivo deseado. Es un contrato por tres años así que, dependiendo de cómo vaya el procedimiento para readjudicar las obras, se irán tomando decisiones sobre este otro contrato.