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El Ayuntamiento de Burgos abre una vía de diálogo con los vecinos del barrio de El Pilar, a fin de tratar de consensuar el traslado de la parada de autobús de Rosalía de Castro. A principios de mes, los vecinos de la zona se pusieron ... en pie de guerra ante el inminente inicio de las obras, que consiguieron paralizar, a la espera de una reunión con el concejal Leví Moreno. Y el encuentro tuvo lugar este martes.
En el mismo, Moreno les explicó la necesidad de la intervención, que supondría trasladar la parada actual, ubicada junto al acceso al residencial El Pilar, al final de la calle Rosalía de Castro. La actuación incluye una ampliación de la parada, para albergar a dos autobuses urbanos, de modo que se eliminan una decena de aparcamientos, pero también se reduce la acera, afirman los vecinos más críticos con la obra municipal.
«La parada actual está mal», explican los vecinos. Se encuentra en una curva de la calle, de modo que el acceso para personas con movilidad reducida es muy difícil. Además, los autobuses no pueden maniobrar bien, se quedan medio fuera de la parada y obstaculizan el tráfico. «Los vecinos del residencial no pueden salir a la calle Rosalía de Castro», insiste Gustavo Miguel, del residencial El Pilar, y miembro de la asociación del barrio.
Por todo ello, Autobuses Urbanos planteó una nueva ubicación, con ampliación de parada, dentro del proyecto de mejora de la accesibilidad de las paradas de bus urbano. Ahora, vistas las quejas de algunos vecinos, se ha ideado una alternativa. La idea base es la misma: se suprime la parada actual y se traslada al principio de Rosalía de Castro, pero no se utilizará toda la calle, solo parte.
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De este modo, se eliminan únicamente tres de las plazas de aparcamiento y, además, el Ayuntamiento se compromete a habilitar otras en la zona actualmente ocupada por la parada, ha apuntado el concejal Moreno. Y, en principio, a los vecinos parece gustarles la propuesta, aunque hay algunas voces más críticas que otras. Y la intención del Consistorio es alcanzar un acuerdo antes de meter las máquinas.
De ahí que se les haya dado a los vecinos hasta el 7 de julio para analizar la última propuesta y presentar sus propias ideas, que luego se estudiarán. «No se ha tomado ninguna decisión», afirma el concejal, quien insiste en que se están valorando diferentes opciones, aunque tampoco quieren retrasar mucho la actuación. «Vamos a escuchar a todos», asegura, y aunque saben que no se podrá contentar a todo el mundo, buscarán el máximo consenso.
Gustavo Miguel insiste en que «la mayoría de los vecinos quieren el cambio«, en concreto, los del residencial El Pilar que tienen la parada de bus a escasos metros de su ventana. Los afectados por la nueva ubicación están dispuestos a negociar y aceptarían la alternativa propuesta. «Existen posiciones muy dispares», admite Moreno, pero se confía en llegar a un acuerdo.
Miguel ha explicado que los vecinos del residencial van a presentar un análisis de ruido, para comparar los efectos de la actual parada y la nueva ubicación. «No es trasladar el problema», como alegan algunos vecinos, asegura Miguel, pues los ruidos de los buses causan más molestia a los vecinos tal como está colocada la parada ahora que cuando se realice el cambio.
En cualquier caso, los vecinos confían en que prime el interés general sobre el particular y, sobre todo, que la decisión que se tome sea la más consensuada posible. Y en principio están todos dispuestos a ceder en sus pretensiones. Habrá que ver qué pasa a partir del 7 de julio. De momento, las obras de la parada de bus seguirán aplazadas.
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