Casi 800.000 euros para reformar la perrera municipal, que deja fuera al GREM

La concejal de Sanidad, Blanca Carpintero, ha explicado que el proyecto contempla actuar en la totalidad de la perrera, incluida la parte cedida al GREM para su Unidad Canina de Salvamento.Se rehabilitará por completo la cubierta, se sustituirá la actual envolvente por una térmica y se reformará toda la carpintería. El objetivo es contar con un edificio que sea energéticamente más eficiente, al que se le dotará de calefacción y agua caliente.

Además, se mejorarán de manera «sustancial» los vestuarios y se habilitarán aseos. Y todo ello se completará creando nuevos espacios: una zona de recepción, una sala de curas (que servirá también como zona de aseo y tratamiento), una sala de intervenciones para cirugías menores y sendas salas de infectados y contagiosos (esta última con 20 jaulas en tres alturas). También habrá una zona de almacén y se habilitará un espacio exterior para los animales.

El proyecto incluye igualmente una reforma de las 13 jaulas del interior, lo mismo que en las 28 exteriores, en las que se pondrá suelo radiante en la parte cubierta. Todo ello se calcula que supondrá una inversión de casi 800.000 euros. En concreto, son 794.781,10 euros el presupuesto base de licitación que se recoge en el proyecto básico y de ejecución que se aprueba este jueves en la Junta de Gobienro Local.

Blanca Carpintero insiste en que la intervención busca diseñar una «perrera digna» y con los espacios suficientes para cubrir las necesidades que tiene actualmente la ciudad. Y desde Sanidad consideran que, para ello, se requiere del edificio completo de la perrera, lo que supone dejar fuera al GREM. No es posible, a juicio de la edil, seguir compartiendo espacios como ahora, pero la intención tampoco es echar a la Unidad Canina de Salvamento, que lleva más de dos décadas allí.

Así lo explica la concejal de Patrimonio, Sonia Rodríguez, quien recuerda que el GREM tiene cedidos los espacios de la nave en la que se ubican sus oficinas y almacén, además de algunas perreras para sus animales. Y también utiliza el espacio libre entre ambas construcciones para el entrenamiento. Ahora se tratará de buscar una solución que pueda satisfacer a todos, aprovechando los espacios exteriores o incluso el otro edificio, que se encuentra a la entrada de las instalaciones.

Rodríguez recuerda que «las necesidades municipales son prioritarias». De hecho, cuando se cede un espacio municipal se hace con la condición de que, en caso de necesidad, se revierta. Aquí «la intención no es echar al GREM», pero para cumplir con la normativa y disponer de una perrera que cubra las necesidades de Burgos, hay que hacer una reforma con ampliación.

Así las cosas, en Patrimonio están a la espera de recibir la memoria solicitada al GREM, con sus actividades y resumen de necesidades. De todos modos, Rodríguez afirma que, aunque este jueves se apruebe el proyecto, hay margen suficiente para llegar a un acuerdo y encontrar una solución con el GREM. Todavía hay que preparar la licitación de las obras, que una vez adjudicadas tendrán un plazo de ejecución de diez meses, así que el objetivo es poder disponer de la nueva perrera en un año.